La escena influencer cubana en Miami no conoce de pausas, y menos cuando se trata de excompañeras que durante años se mostraron como uña y carne ante sus seguidores. Esta vez, el chispero lo encendió la empresaria Camila Guiribitey con un video que, aunque disfrazado de humor, tiene filo de bisturí. ¿Una indirecta con destinataria? Todo apunta a que sí… y el nombre que suena con más fuerza es el de Aly Sánchez.
Esta historia viene con historia. Desde hace meses se sabía que la relación entre ambas no estaba en su mejor momento. Camila lo había dejado claro en un live de Instagram: “Nos alejamos, mis amores”, decía, con tono pausado y sin rastro de dramatismo. Insistía: no hubo traiciones, ni enfados, ni decepciones mayúsculas. “Solo dejamos de fluir”, concluyó.
Pero las redes no perdonan ni olvidan, y menos cuando el contenido huele a dardo. Esta semana, Guiribitey publicó un clip en Instagram aplaudiéndose a sí misma, con una sonrisa tan brillante como calculada, acompañada de la frase: “Aplausos para mí por mi creatividad… Ser original no cuesta, inténtalo un día de estos”.
El broche lo puso con un clásico cubanísimo: “Al que le sirva el zapato que se lo ponga”. Lo dijo, además, anunciando que se quedaba a leer los comentarios, aunque minutos después desactivó la sección.
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La reacción no se hizo esperar, ya que Aly Sánchez había subido su propio video, con la misma canción de fondo y un texto igual de cargado de ironía: “Aplausos para mí que gracias a mi silencio tienes buena reputación”.
Sin necesidad de etiquetas, los seguidores entendieron que algo se cocinaba entre las dos. Lo curioso es que ninguna ha mencionado directamente a la otra. Pero en un mundo como el digital, donde cada gesto se convierte en símbolo, el lenguaje no verbal habla alto y claro.
Para quienes siguen el pulso del entretenimiento cubano desde el extranjero, este intercambio es más que un chisme: es el reflejo de cómo las nuevas figuras públicas -en este caso, ambas mujeres exitosas y con amplias audiencias- construyen sus narrativas entre lo íntimo y lo público. Y también de cómo lo que antes se resolvía en una llamada, ahora se transforma en contenido viral.
