Perro huevero… La Policía de Sudáfrica arrestó en las últimas horas a la doctora cubana Yamilet Castañeda, de 54 años, por el presunto robo de medicamentos en el hospital público de Thabazimbi, en la provincia de Limpopo, en Sudáfrica.
De acuerdo con el parte policial y reportes de la prensa local, la doctora cubana compareció ante el Tribunal de Magistrados de Thabazimbi el 23 de octubre y fue puesta en libertad bajo advertencia mientras continúa la investigación. La audiencia fue aplazada para el 28 de noviembre.
La cronología del caso se remonta al 2 de septiembre, cuando un guardia realizó un registro de rutina en el acceso principal del hospital y halló en la bolsa de la médica fármacos cuya posesión no estaba autorizada.
Tras el hallazgo, el personal de seguridad condujo a la doctora cubana a su oficina, donde se encontraron más medicamentos durante una segunda inspección. Las autoridades abrieron una pesquisa interna y notificaron a la policía. La detención se produjo el 22 de octubre, cuando Castañeda regresó al país tras un viaje a Cuba.
La Policía de Sudáfrica confirmó la identidad de la profesional y el cargo que enfrenta —hurto de medicamentos—, así como su presentación en el tribunal del distrito. En una actualización difundida en canales oficiales, la SAPS precisó la edad de la imputada, el tribunal donde compareció y el carácter de la acusación, elementos que coinciden con los reportes de medios sudafricanos como The Citizen y Limpopo Chronicle.
Los detalles del procedimiento judicial, por ahora, mantienen el caso en fase de investigación. La liberación bajo advertencia implica que la acusada deberá presentarse nuevamente ante el tribunal en la fecha señalada, mientras la fiscalía completa la recolección de pruebas. Este tipo de medida es habitual en causas no violentas y con arraigo laboral conocido, como ocurre con personal de salud contratado en hospitales públicos de zonas rurales. En este contexto, la defensa podría alegar falta de dolo o uso indebido de protocolos internos, pero será el tribunal quien valore el peso de los indicios, incluidos los inventarios y la trazabilidad de los medicamentos incautados.
El episodio ha reavivado el debate interno en Sudáfrica sobre la presencia de médicos cubanos en ese país y otros episodios derivados del intercambio entre Pretoria y La Habana.
En los últimos años, ese vínculo ha estado marcado por controversias que van desde el costo y la opacidad de los contratos del contingente médico —el gobierno informó al Parlamento que el despliegue de especialistas cubanos durante la pandemia costó al menos 239 millones de rands— hasta pagos efectuados por personal que ya no estaba en servicio, según reclamos opositores en Gauteng.
A ello se suma el expediente del fármaco Heberon (interferón alfa-2b), adquirido por el Departamento de Defensa sin la debida autorización regulatoria y hoy bajo acciones de recuperación de fondos por parte de la Unidad de Investigaciones Especiales, que reclama a Cuba más de 33 millones de rands por lotes no utilizados.
En paralelo, el capítulo militar —antes llamado Proyecto Thusano y ahora rebautizado como Proyecto Kgala— fue señalado por el Auditor General por irregularidades que superan los 1.700 millones de rands, pese a lo cual se mantienen despliegues de técnicos cubanos en áreas estratégicas. La prensa de la diáspora ha recogido, además, nuevos hallazgos sobre pagos, compras de medicamentos y viajes oficiales vinculados a este entramado, que alimentan la percepción de un intercambio útil pero plagado de zonas grises en transparencia y rendición de cuentas.



















