Lo que antes figuró como un escenario de encanto para Angelina Jolie y Brad Pitt ahora es el nuevo epicentro de la infinita batalla entre los actores.
La guerra entre Angelina Jolie y Brad Pitt parece no tener fin, y ahora rebasa las fronteras en torno a la custodia legal de sus hijos. La disputa en esta ocasión está centrada en los negocios que tienen en común, específicamente el castillo francés y los viñedos que fueron testigo de los años de amor de la ahora expareja.
Château Miraval es el nombre del suntuoso lugar que fue sede de su boda en 2014 y que ambos eligieron para que sus hijos pudieran refugiarse del acoso mediático. Sin embargo, la propiedad ha pasado del encanto a la discordia. Se ha convertido en el penúltimo amargo episodio de un divorcio que se torna infinito.
Mediante una petición presentada por la estrella femenina de Hollywood ante el tribunal, Angelina acusó a Brad de impedirle vender la villa y la bodega francesa que compraron en 2008 por la cuantiosa suma de 67 millones de dólares.
En su solicitud al juez pidió retirar una orden de alejamiento automática sobre su divorcio de Pitt. Conocida por sus siglas en inglés como ATRO, se trata de una orden que impide a cualquiera de las partes de una pareja tomar decisiones financieras que puedan perjudicar al otro en medio del proceso de divorcio.
Según documentos obtenidos por la revista US Weekly, los abogados de Jolie aseguran que dieron con un comprador externo para su parte del negocio vinícola, pero la venta se ha visto frustrada porque Pitt no ha consentido en levantar dicha orden de alejamiento, lo que significa que a menos que un juez acceda a la petición de Jolie, no podrá vender su porción de Miraval.
Como estrategia, la intérprete de 46 años presentó el pasado 30 de junio una petición de emergencia para eliminar la orden de restricción; de esta forma garantizaría que el comprador no tuviera tiempo de cancelar el proceso de compra.
No obstante y desafortunadamente para Jolie, el juez denegó su solicitud y dictaminó que su equipo legal no había demostrado que hubiera «peligro inmediato, daño irreparable, pérdida inmediata o daño a la propiedad».
En su lucha legal, la protagonista de Maléfica además alegó que la propiedad era únicamente suya, pues fue adquirida seis años antes de que ella y Brad fueran al altar.
Pero la nueva disputa no solo viene por la imposibilidad de Angelina para vender su parte. Varios medios señalan que fue la visita de Pitt en 2020 con su entonces novia, Nicole Poturalski, al Château Miraval lo que hizo enfurecer a la renombrada actriz.
La estancia romántica del oscarizado actor y la modelo también se produjo alrededor de la fecha de su antiguo aniversario de boda con Jolie.
