Ciego de Ávila lamentó la muerte de 45 niños menores de un año hasta el siete de diciembre de 2021, lo que representa una tasa de mortalidad infantil de 13,8 por cada mil nacidos vivos, la peor cifra de toda Cuba.
De acuerdo con un reporte del periódico Invasor, la mortalidad materna también registró un incremento preocupante en este año, con 11 defunciones, nueve más que las contabilizadas en 2020.
El medio local explica que la pandemia de COVID-19 tuvo un impacto considerable en esas estadísticas, pero señala otros problemas en el sistema de salud que también condujeron a los números negativos, como fallos en la atención prenatal, en la evaluación de los riesgos en las embarazadas y la aplicación de los protocolos establecidos al respecto.
Según la fuente, aunque el diagnóstico de defectos congénitos y enfermedades genéticas en la etapa prenatal ha mejorado, fallecieron ocho recién nacidos por esas causas, y sólo en uno de los casos debido a que la familia se negó a interrumpir el embarazo.
“Inciden el bajo peso al nacer y la prematuridad en la morbilidad y la mortalidad del territorio, asociados, fundamentalmente, a la hipertensión arterial, el crecimiento intrauterino retardado y el embarazo en la adolescencia”, explicó el jefe del Grupo Provincial de Ginecología y Obstetricia, Luis Carmenate.
El también funcionario del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), alertó que muchos bebés “llegan al servicio de Neonatología con pesos extremos (menos de 1.500 e incluso de 1.000 gramos), que ponen en riesgo su vida y extienden la estadía hospitalaria”.
Asimismo, la fuente advierte que en la provincia ha experimentado un decrecimiento “casi crónico” de la natalidad en los últimos cinco años, período en el que se contabiliza una caída desde una cifra superior a los 4.000 nacimientos anuales hasta apenas unos 3.000.
El medio avileño constató que escasez de profesionales en las áreas de salud, la falta de seguimiento a las embarazadas por parte del Consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia, además de problemas en los hogares maternos, y en los salones hospitalarios.
Subraya que para colmo, la mala situación constructiva de los salones de parto y cesárea del Hospital Provincial General Docente Doctor Antonio Luaces Iraola, ha propiciado un alza de las infecciones asociadas a los servicios sanitarios y los pronósticos no son buenos.
La tasa de mortalidad infantil ha sido una de las principales banderas del sistema de salud cubano, que se compara en ese aspecto con países desarrollados.
En 2020, en plena pandemia, la isla registró 36 muertes de bebés menos que el año anterior, lo que representó 4,9 fallecidos por cada mil nacidos vivos.
