Desde finales de abril, el cubano Adermis Wilson González permanece detenido en un centro de ICE y podría ser deportado
Fue en 2003 cuando Adermis Wilson González -armado con dos granadas que después se descubrió eran falsas- secuestró un avión para llegar a los Estados Unidos.
Según un despacho de la agencia Associated Press fechado el 31 de marzo de ese año, el cubano «se bajó del avión con un niño en brazos, dijo el portavoz de la policía de Key West, Steve Torrence». El pequeño era el hijo de la esposa de Adermis, Leidis Sánchez. Ella y el menor sí pudieron quedarse en Estados Unidos, porque no debieron responder a ninguna acusación.
Una información publicada este lunes por los colegas Wilfredo Cancio y Jeanny Peña en Cibercuba revela que «postrado en una silla de ruedas en un centro de detención en Stewart, Georgia, el hombre que protagonizó un espectacular secuestro de avión hace 18 años desde Cuba enfrenta hoy una batalla legal para evitar a toda costa su deportación».
El pasado 29 de abril, Wilson González cumplía su pena por piratería aérea y narra el citado medio que «fue trasladado hacia un centro de detención del Departamento de Inmigración y Control de Fronteras (ICE por sus siglas en inglés) para iniciar el proceso de repatriación forzosa a Cuba».
En charla telefónica con Cibercuba el hijo de Melkis González narraba: «Sería la ironía más grande de la vida salir huyendo de Cuba para morir en un centro de inmigración del país más poderoso del mundo y adonde llegué buscando libertad».
Una de las mayores preocupaciones de Adermis Wilson González es precisamente su madre, de 83 años. Ella lo visitó varias veces en prisión, desde 2015 incluso tenía el visado con entradas múltiples. Pero se venció en medio de la pandemia y ha sido hasta ahora imposible renovarlo.
A propósito del caso de Adermis, los periodistas Wilfredo Cancio y Jeanny Peña conversaron con Ralph Fernández, abogado con experiencia en defensa de cubanos sobre los que pesaban similares acusaciones de piratería aérea.
«Si alguien está en peligro de ser torturado y condenado a muerte en Cuba es él, pues su salida vulneró controles de seguridad que dañaron la seguridad del régimen y eso no se lo perdonan allí. Sobre la conciencia americana pesará una decisión equivocada en este caso», reconoció el abogado Fernández.
Puede leer también: Otro balsero pasa entrevista del miedo creíble y evita deportación
