Actividad delictiva en Cuba no se frenó tampoco este fin de semana. Las drogas continuan su expansión y consumo

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Ni las campañas de “tolerancia cero” ni los recientes operativos policiales lograron frenar la actividad delictiva en Cuba durante el último fin de semana. En distintas provincias se registraron robos, detenciones y decomisos que dibujan un panorama donde el crimen sigue abriéndose paso, pese al despliegue de recursos para contenerlo.

En Matanzas, un registro realizado a Alejandro Pérez Rodríguez, residente en el Consejo Popular de Australia, en Jagüey Grande, permitió recuperar piezas y la carrocería de un automóvil robado previamente en Boyeros, La Habana.

El detenido aseguró que había comprado los componentes a un desconocido, pero su versión no evitó que quedara bajo investigación. Pérez Rodríguez, actualmente desempleado, posee antecedentes por estafa y deberá responder por el delito que le corresponda.

Ese mismo municipio fue escenario de otro arresto, esta vez contra Dairemys Sardiña Moreno, acusada de sustraer un teléfono celular de una vivienda en el Consejo de Humberto Álvarez. La policía logró recuperar el equipo y devolverlo a su dueña. Sardiña, que acumula antecedentes por prostitución, resistencia, evasión de presos y daños a la propiedad, enfrentará un nuevo proceso judicial.

En Cárdenas, una planta eléctrica fue robada de una vivienda, pero la actividad policial permitió la recuperación del bien robado; tal y cómo también sucedió en la ciudad de Matanzas, en el Consejo Peñas Altas, donde dos ciclos que fueron robados, fueron recuperados, según la página oficialista de noticias del MININT en el territorio, Con Todos la Victoria. En el primer delito el responsable fue identificado como Yariel Acosta Mendoza; en el segundo, el presunto autor del robo de los ciclos responde al nombre de Luis Henrri Gonzales Pelegrino.

Un día antes, en esa misma ciudad, la cabecera provincial, la policía detuvo en la vía pública a tres personas quienes en hora de la madrugada amenazaron a unos jóvenes en el consejo Canimar y le robaron los teléfonos y la cantidad de 93 mil pesos en moneda nacional. Los presuntos autores del robo con violencia fueron identificados como Michel Chaveco Garcés, Michel Suri Cabilla y Yixi González Núñez. La página oficialista dijo que los tres «se encuentran detenidos y responderán ante la justicia» por el delito cometido.

En Holguín, la vigilancia policial sorprendió a Norge Nogueira cuando forzaba la puerta de una vivienda en el reparto Peralta. El intento de robo terminó frustrado con su arresto inmediato.

En la misma provincia, pero en un operativo distinto, agentes detuvieron a Osmany López, procedente de Bayamo, mientras intentaba comercializar ilícitamente medicamentos controlados y sustancias químicas en áreas cercanas al estadio local. Entre sus pertenencias se hallaron casi un centenar de dosis, suficientes para iniciar un proceso por tráfico de drogas; igual delito por el que será procesado Jorge Moreno.

Por drogas también, pero en este caso, marihuana, fue detenido Yudiel González en el barrio Felicia

Mientras que en el municipio Rafael Freyre, Brian Liván y Yunier Montero fueron sorprendidos robando animales y ejerciendo el añejo oficio de matarifes en la zona.

No muy lejos de allí, en la vecina Granma, un grupo de matarifes fue detenido en río Cauto, por transportar carne de res robada en vehículos estatales, según informó la página de El Cubano Fiel; otra de las páginas manejadas por el régimen para hacerle creer al pueblo que cada delito cometido será resuelto y sus responsables enjuciados ante la ley.

Según la denuncia, los sujetos habían sacrificado varios animales en los alrededores de la presa Cauto el Paso; y presuntamente fue «un chivatazo», lo que alertó a las autoridades, cuando estas «conocieron que dos vehículos estatales se trasladarían a altas horas de la noche hasta ese alejado lugar para transportar la carne”.

El post no especifica qué carros y de qué empresas estuvieron vinculados en el hecho. No se mencionaron los nombres de los matarifes, y tampoco si algún directivo a los que estaban asignados los vehículos, participó en el hecho.

En el lugar, encontraron “más de mil libras de carne, restos de los animales sacrificados, herramientas utilizadas en el sacrificio y por supuesto a los matarifes que fueron a parar a la prisión”, concluye diciendo el post.

Ahí mismo, en Granma, el porta oficialista La Demajagua informó el sábado que, en Manzanillo, la policía arrestó a cuatro individuos tras sacrificar a un toro ajeno en la zona Cayo Espino. La página informó además de otros delitos cometidos y resueltos este mismo fin de semana en la provincia, en lo que se presume sea un alarde de fuerzas por parte de la PNR y el MININT.

La zona oriental es un hervidero de delitos, y a ello no escapa la villa primada de Cuba, Baracoa, ciudad que fue escenario de uno de los mayores golpes al narcotráfico de los últimos meses. Mediante un operativo coordinado por la Fiscalía y fuerzas policiales, se desarticuló una red que operaba en el consejo popular La Asunción. La acción incluyó el allanamiento de tres viviendas y el decomiso de 71 bolsas de hachís, junto con dinero en efectivo, teléfonos y otros medios vinculados a la actividad ilícita. Cinco personas fueron detenidas y permanecen bajo instrucción penal, reseñó otra de las páginas informativas del MININT: Guantánamo y su Verdad.

La misma página informó hace diez horas de otro delito similar ocurrido en el municipio de San Antonio del Sur.

Este sábado, en El Cristo, poblado perteneciente a la aledaña provincia de Santiago de Cuba, un hombre encapuchado y con guantes robó un caballo durante la madrugada. A pesar de que el hecho fue captado por una cámara de seguridad y reportado de inmediato por los afectados a la policía, se desconoce si «el vaquero» fue arrestado; o si siquiera se inició una investigación para dar con su captura.

La capital tampoco escapa a los incidentes delictivos.

Según la página Transportación Habana TH, un hombre fue arrestado el pasado 29 de julio tras robar varios teléfonos móviles en una misma guagua de la ruta P-11 que cubre el trayecto hacia Alamar. Según reportes de testigos, actuó con rapidez aprovechando la aglomeración de pasajeros y descendió en una parada intermedia, pero la policía logró interceptarlo, se supone que varios días después, ya que algunos de los equipos robados no pudieron recuperarse.

El robo de animales y los delitos relacionados con drogas parecen ser de los preferidos a la hora de escoger entre un delito u otro, lucrativos como pocos, pero el fenómeno no es exclusivo de la zona oriental. Según reseñaron medios oficialistas, el aeropuerto internacional José Martí también registró intentos frustrados de narcotráfico.

Investigaciones preliminares apuntan a que, en dos casos distintos desmantelados, se trataba de envíos coordinados desde el exterior con destino a contactos en La Habana; cuando la Aduana General de la República de Cuba detectó drogas ocultas en velas aromáticas y potes de plastilina, evitando su ingreso al país. Ambos hechos fueron denunciados en Twitter, por Wiliam Pérez González, vicejefe primero de la Aduana General de la República.

Los hechos confirman una tendencia ya advertida por vecinos, activistas y medios independientes: aunque las autoridades multiplican los operativos y difunden casos para demostrar efectividad, el flujo delictivo sigue activo y diversificado. Robos domiciliarios, delitos en el transporte, tráfico de piezas de autos, comercialización de sustancias prohibidas y redes organizadas de narcotráfico aparecen como parte de un mismo mapa que se repite cada semana.

Mientras el discurso oficial insiste en que se actúa con rapidez y contundencia, crece entre la población la percepción de que las medidas resultan insuficientes frente a la magnitud del problema, debido a la crisis que, en muchos casos, obliga a individuos de baja catadura moral – y otros que no tanto, lo hacen para «luchar» y proveer a su familia de algún alimento en la mesa – a delinquir.

El énfasis en exhibir arrestos y decomisos parece responder tanto a la necesidad de control real como a la urgencia de sostener la narrativa de un Estado que no pierde el pulso. Sin embargo, el aumento de casos registrados en puntos tan distantes como Jagüey Grande, Holguín, La Habana y Baracoa sugiere que la estrategia, al menos por ahora, no logra contener el avance del delito.

En la práctica, la seguridad pública en Cuba enfrenta el reto de pasar de una reacción puntual a un control sostenido. Y, a juzgar por lo ocurrido este fin de semana, todavía no lo ha conseguido.

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