En un lapso de pocos días, dos veredictos judiciales en la Florida han otorgado indemnizaciones millonarias a víctimas de accidentes automovilísticos, reflejando la gravedad de los hechos y la responsabilidad de las empresas involucradas.
El primero de estos casos involucra a Julianna Charles, quien recibió una compensación de $31 millones tras la trágica muerte de su prometido, Josué Calá, de 25 años.
En junio de 2018, mientras viajaban por la I-95 cerca de Fort Lauderdale, una llanta y su conjunto de rueda se desprendieron de un camión comercial, cruzaron el separador central y atravesaron el parabrisas del SUV que conducía Calá, causándole la muerte instantánea. Charles, quien iba como pasajera, sobrevivió con lesiones físicas y un trauma emocional significativo.
La demanda por negligencia se presentó contra varias entidades, incluyendo a XPO Logistics y Marazul Enterprise, alegando fallas en el mantenimiento adecuado del vehículo. El jurado asignó un 30% de responsabilidad al conductor del camión y el resto a las empresas mencionadas, según Business Wire.
En otro caso, José Hernández fue indemnizado con $3 millones después de sufrir lesiones graves debido a un airbag defectuoso en un accidente ocurrido en diciembre de 2020.
Mientras conducía su Honda Civic 2005 en Miami, otro vehículo lo impactó mientras giraba a la izquierda. Aunque el choque debería haber resultado en heridas menores, el inflador del airbag Takata explotó de manera inadecuada, lanzando fragmentos metálicos que penetraron su brazo derecho.
Hernández demandó al Takata Airbag Tort Compensation Trust Fund, establecido tras la bancarrota de Takata. Los airbags defectuosos de Takata han sido vinculados a al menos 28 muertes y más de 400 lesiones en EE. UU., lo que llevó a una de las mayores retiradas de productos en la historia automotriz, según recoge AP News.
Las decisiones de los jurados en ambos casos reflejan un reconocimiento de las consecuencias devastadoras que pueden resultar de la negligencia empresarial y la falta de mantenimiento adecuado, y la diferencia entre el dinero acordado simplemente obedece a que en un caso hubo dos víctimas, una de ellas fatales; en el otro, una persona herida.
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