Mientras falta cada vez menos tiempo para que quede inaugurada la décimo cuarta edición de la Bienal de la Habana, en cada resquicio que las redes sociales dejan a lo alternativo crece otro movimiento que va casi tan aprisa como el propio tiempo.
Usando la etiqueta #noalabienaldelahabana un grupo de artistas y creadores preparan abiertamente un boicot contra el evento, convocatoria que se ha viralizado luego de que fuera lanzada por la artista Coco Fusco desde su perfil. Pocos días han pasado para que la suma de firmas se coloque en cifras nada despreciables, si se toma en cuenta la pugna entre este empeño y la institucionalidad en Cuba. Dos bandos que tiran de sus intereses con todas las fuerzas, uno por pretender mantener el estandarte político y el status quo que ha caracterizado a la cita, y otro por dar apoyo a los artistas detenidos y vigilados por el gobierno en los últimos tiempos. Por tal razón aquí te presentamos cinco jóvenes creadores que han plantado el NO a la Bienal de La Habana desde el primer momento.
Coco Fusco
“Por favor ayuden a concienciar sobre la crítica situación en Cuba: cientos de artistas y activistas están encarcelados sin juicio, se han promulgado nuevas leyes que criminalizan las publicaciones en las redes sociales que son críticas con el gobierno o que llaman a la protesta, y aumentan las amenazas de represalias contra los ciudadanos cubanos que exigen ejercer su derecho constitucional a la protesta pacífica el 15 de noviembre”. Con este texto en su perfil de Instagram, la artista interdisciplinaria convocaba a sus colegas del medio a iniciar el boicot. Fusco ha sido reconocida por sus performances en la Bienal de Venecia, así como en varios eventos organizados por el museo Whitney de Nueva York. Además ha merecido becas por su trabajo como escritora y profesora. Su libro Performance y política en Cuba es un documento de valor sobre el artivismo y otras modalidades de lucha civil.
Reynier Leyva Novo
El Chino Novo es un reconocido artista cubano cuyas obras han sido expuestas en el circuito de galerías más importantes del país, así como en bienales internacionales. Se graduó en 2007 de la Cátedra de Arte de Conducta, dirigida por Tania Bruguera. “No puede haber Bienal de La Habana mientras haya artistas bajo arresto domiciliario por expresar sus ideas”, dijo en sus redes. Durante su carrera, Novo se ha volcado en obras que involucran la historia de la nación y sus maneras de deconstruirla, sobre todo partiendo de que no siempre los hechos reales coinciden con la manera en que nos fueron contados. Integró la nómina de artistas de Galería Continua, el primer intento de lo que debía ser una galería privada en Cuba y en el último año ha mantenido una relación directa con el Movimiento San Isidro y su líder Luis Manuel Otero Alcántara.
Ronald Vill
Artista autodidacta. Pertenece a la joven generación que con su lente ha penetrado las más duras y desgarradoras escenas domésticas de la vida cubana. Además ha incursionado también en la instalación. “Vayan a un barrio, vayan a Mantilla”, decía el artista, quien se introdujo en muchas de estas zonas, incluso en zonas de centrales azucareros abandonados. “Vayan pa´que vean que ya no se pueden sostener, no solo de “lo mala que está la cosa”, sino de la humillación. Aquí no hay nada que celebrar #noalabienaldelahabana.
Julio Llópiz-Casal
Su nombre es habitual para la seguridad del estado cubana. Uno de los rostros más visibles de la inconformidad social y artística, Llopiz-Casal trabaja la instalación, la fotografía, el performance, el diseño y la escritura. “La Bienal de La Habana no puede ser un parche para intentar tapar una crisis que es general en Cuba. El arte no puede ser un parapeto para que el estado ejerza la violencia impunemente”, dijo en Instagram junto a la imagen que diseñó, en la cual se lee “BienMal” en lugar de Bienal.
Yulier P
Es un sobreviviente de la censura. Sus grafitis expresionistas han recorrido las paredes de los barrios y las calles de La Habana. De sus figuras se ha dicho que representan el hambre, la necesidad y la desesperación de muchos cubanos, al tiempo que plantean una declaración abierta contra el gobierno. Perdidos de la mirada oficial o confundidos entre algún grafiti más de la ciudad, algunos de sus murales sobreviven al tiempo en La Habana Profunda.
Junto a estos jóvenes, y a otros, se unen en el deseo por frenar el magno evento de las artes visuales un grupo para nada reducido de voces internacionales, unas más mediáticas e influyentes que otras, como la famosa performer Marina Abramovic. Igualmente la convocatoria ha sido reproducida no solo en medios de prensa alternativos, sino en revistas especializadas de la región. Por el momento, 600 firmas y contando.
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