Estados Unidos ha trasladado a 22 migrantes cubanos a la base naval estadounidense en la Bahía de Guantánamo, en territorio de Cuba, como parte de las políticas migratorias de la administración de Donald Trump, según informó The New York Times citando a fuentes familiarizadas con la operación. Se trata del primer grupo de ciudadanos cubanos enviado a esa instalación desde enero de este año, cuando Trump inició su segundo mandato en la Casa Blanca.
Los 22 cubanos fueron trasladados el domingo en un vuelo fletado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) desde Luisiana. El objetivo oficial de la medida es facilitar la deportación hacia sus países de origen, utilizando la base militar como punto de detención previo al retorno, destaca TRT World.
¿Será que acaso abrirán las puertas de la Base Naval?
Guantánamo, conocida internacionalmente por su centro de detención de combatientes designados como terroristas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, ha sido reactivada también como lugar para alojar migrantes y hombres en situación irregular mientras se procesan sus casos migratorios o se organiza su repatriación. En 2025, según el informe citado por The New York Times, unas 730 personas de varios países, incluidos salvadoreños, guatemaltecos y venezolanos, han pasado por instalaciones de la base vinculadas a inmigración, indica Reuters.
La utilización de Guantánamo para fines migratorios no es una novedad absoluta, pero sí un regreso de prácticas que habían sido menos visibles en los últimos meses. En los primeros días de 2025, el gobierno de Trump promovió la apertura de espacios en la base para albergar a inmigrantes irregulares, en algunos casos argumentando que sería necesario para contener flujos masivos y facilitar deportaciones ordenadas.
La decisión ha generado críticas desde distintos sectores, tanto por el uso de una base militar con un historial polémico para asuntos civiles, como por los costos y la legalidad de la medida. El uso de Guantánamo para albergar migrantes se ha descrito como operación costosa; por ejemplo, el senador estadounidense Gary Peters señaló durante una audiencia que mantener a cada persona allí podría costar alrededor de 100 000 dólares por día.
Organizaciones de derechos humanos y defensores de migrantes han denunciado en el pasado que las condiciones en instalaciones de Guantánamo pueden ser precarias, con limitaciones en el acceso legal y en servicios básicos, situación que ha sido objeto de vigilancia internacional debido a la historia de la base.
La medida también encendió alertas en La Habana. En enero de 2025, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel calificó de “acto de brutalidad” los planes de la administración estadounidense de usar la base para albergar a miles de migrantes en situación irregular, y destacó el carácter ilegítimo de la ocupación de la base en suelo cubano.
Para Cuba, la presencia de migrantes cubanos en una instalación controlada por Estados Unidos —aunque dentro de territorio cubano— tiene resonancias históricas y simbólicas profundas. Desde la crisis de los balseros de 1994, cuando decenas de miles de cubanos fueron procesados en Guantánamo antes de entrar a Estados Unidos bajo políticas migratorias específicas, la base ha significado un punto de tensión entre ambos gobiernos y una presencia tangible de la política migratoria estadounidense en contexto caribeño.
Este nuevo envío de cubanos ocurre en un momento de fuerte atención internacional sobre las políticas migratorias de Estados Unidos, especialmente en relación con los cruces fronterizos y la administración de flujos de personas desde América Latina y el Caribe. La reactivación de Guantánamo como centro de detención migratoria refleja tanto las prioridades políticas de la administración actual como las limitaciones del sistema migratorio estadounidense para procesar grandes números de personas en suelo continental.


















