El cubano Juan Carlos Font Agüero, de 59 años, fue expulsado de Estados Unidos y trasladado al Reino de Esuatini (sur de África) después de que Cuba rechazara su repatriación, según confirmaron fuentes oficiales estadounidenses al periodista Mario J. Pentón (Martí Noticias). Desde entonces, su familia en la Isla vive una odisea, temiendo que muera enfermo y encarcelado en un país en el que nunca había estado.
De acuerdo con el testimonio de Yessica de la Caridad García Negrín, hijastra de Font, el episodio arrancó hace seis meses, cuando ICE lo detuvo tras cumplir 17 años de prisión en EE. UU. por homicidio en segundo grado. Sus parientes sostienen que actuó en defensa propia y que, una vez liberado, estaba trabajando y reinsertado.
Lo que siguió, describen, fue un proceso de deportación irregular: durante 15 días no supieron de él hasta que llamó para decir que estaba en África. “Se lo llevaron con los ojos tapados, que él vio que tuvo muchas horas, muchas escalas, hasta un momentos que los destapan y él ve que habían pasado Puerto Rico y hasta Angola”, relató.
La familia ubicó finalmente su paradero en Esuatini, donde permanece en prisión preventiva, sin condena ni fecha de excarcelación: “Estamos presos en un país al que no le debemos nada, no tenemos derecho a un abogado, y nos dejan llamar cada tres días por diez minutos”, relato Yessica que le contó su padrastro.
Desde Washington, una fuente del gobierno aseguró que se intentó repatriarlo a Cuba varias veces, sin éxito, por la negativa reiterada de La Habana. El Departamento de Estado defendió el proceder, ya que están haciendo cumplir la ley y la política migratoria estadounidense, incluida la deportación de quienes no tienen base legal para permanecer en Estados Unidos, es fundamental para mantener el imperio de la ley, señaló un portavoz.
Y añadió: “Todo país debe aceptar el retorno de sus ciudadanos de manera oportuna… Esta política se aplica también a los ciudadanos cubanos”. En la misma línea, en enero se afirmó: “Estamos restaurando una política firme hacia Cuba”.
En Cuba, los familiares acudieron a Atención a la población del MINREX y de Extranjería; allí les indicaron que Font habría perdido derechos por residir fuera más de 20 años. La familia lo niega, alegando documentos que prueban su nacimiento en Cuba, carné de identidad, dirección y madre viva en la Isla. “¿No sé de qué manera que aquí te digan que él perdió derechos?”, cuestionó Yessica.
Para los suyos, impedirle regresar constituye una vulneración grave. Su pedido es concreto: aceptar el retorno de Font, incluso bajo custodia si así lo deciden las autoridades. “A nosotros no nos interesa si viene preso, no nos importa. Nosotros lo que queremos que venga porque se nos va a morir allá”, concluyó.
