La leyenda de los Miami Dolphins, Dan Marino, reveló recientemente que padece MASH, la esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica, una forma progresiva de enfermedad hepática. El miembro del Salón de la Fama contó que, aunque su diagnóstico original data de 2007, decidió hacerlo público ahora para crear conciencia y porque se siente bien, tras introducir cambios de estilo de vida que le han ayudado a controlar el cuadro. La noticia fue confirmada por varios medios estadounidenses especializados y locales en Miami.
Marino explicó que sus médicos le recomendaron “volver a lo básico”: moverse más y comer mejor. Desde entonces apostó por un patrón de dieta mediterránea—con menos azúcares añadidos y productos ultraprocesados—y recortó antojos como la pizza, los dulces, el helado y el vino. También incorporó caminatas diarias, salidas en bicicleta con su esposa Claire y rutinas de entrenamiento junto a su excompañero Terry Kirby. Según dijo, estos ajustes le han permitido revertir parte de los efectos de la enfermedad.
¿Qué es MASH? Es la denominación médica adoptada en 2023 para lo que antes se conocía como NASH (esteatohepatitis no alcohólica). Forma parte del espectro de las enfermedades hepáticas metabólicas (MASLD, antes NAFLD) y se asocia a factores como sobrepeso, resistencia a la insulina, colesterol elevado o diabetes. Puede avanzar a cirrosis si no se trata, pero suele mejorar de manera notable con pérdida de peso, alimentación saludable y actividad física sostenida, nos dice la web Health.com
El histórico “#13” —uno de los brazos más prolíficos de la NFL y emblema de los Dolphins entre 1983 y 1999— subrayó que su objetivo, además de cuidarse, es animar a otras personas a consultarse y a tomar medidas tempranas cuando aparecen señales de enfermedad metabólica. En palabras de Marino, controlar el estilo de vida ha sido clave para sentirse fuerte y activo a los 64 años.
Más allá del impacto mediático por tratarse de un icono del deporte, el caso vuelve a poner en foco un problema silencioso y muy frecuente: millones de personas conviven con MASLD/MASH sin saberlo. La recomendación de los especialistas es clara: chequeos médicos periódicos (especialmente si hay factores de riesgo), alimentación tipo mediterránea, reducción del alcohol, movimiento diario y vacunación contra hepatitis A y B para proteger un hígado ya estresado. Marino es, hoy, un ejemplo de que actuar a tiempo puede marcar la diferencia.
