Los cubanos amanecieron hoy con el eco de una fecha histórica. Cuatro años atrás el pueblo salió a las calles a protestar contra el gobierno de Díaz-Canel por las condiciones precarias de vida, la falta de oportunidades y la escasez de casi todo. Todo ello ocurrió en medio de uno de los momentos más graves de la pandemia de Covid-19, que también precipitó la salida a las calles de cientos de personas cansadas por tantos años de subsistencia sin un futuro a a vista. Las protestas fueron selladas con la represión a los manifestantes, personas heridas en los enfrentamientos entre ambos bandos provocados a raíz del llamado a sus seguidores del mandatario cubano a tomar las calles y cientos de prisioneros, de los cuales todavía más de 1000 permanecen en las cárceles de acuerdo a organizaciones internacionales de derechos humanos.
La situación en Cuba se ha empeorado desde entonces y casi todas las semanas hay un conato de protestas en algún punto del país debido a los prolongados apagones y la pésima calidad de vida. Las manifestaciones son vigiladas de cerca por la policía y en no pocos casos son reprimidas tras cortes de Internet y otras medidas de coacción para que no escalen.
Las calles, al menos en La Habana, amanecieron hoy con una aparente tranquilidad aunque no dejan de observarse patrullas y sospechosas personas vestidas de civil que podrían ser oficiales de la Seguridad del Estado. También se espera que activistas y periodistas independientes sean presionados o impedidos de salir de sus casas, una medida que ya es habitual en estas fechas por parte de las autoridades.
La situación en Cuba está al limite. No hay exageración en el planteamiento. Los apagones han convertido la vida en la isla en una existencia extrema y sin aparente salida en un futuro cercano. El gobierno ha apelado a socios como Rusia y China para tratar de solventar la situación pero la ayuda ha sido poca o al menos no se divisa por el cubano común y corriente que se mantiene sin esperanzas. Y sin corriente eléctrica.
El 11 J precipitó la salida del país de miles de cubanos y la desilusión de una buena parte de los que todavía creían en la humanidad del proyecto político. Posiblemente muchos no esperaban ese llamado al enfrentamiento entre los cubanos » revolucionarios» y las personas que tomaron las calles para hacer uso del derecho de la protesta.
Es muy complejo prever lo que sucederá en Cuba durante los próximos años cuando se acerca la inevitable muerte de Raúl Castro y la marcha del poder de Canel en 2028, mientras Estados Unidos arrecia las medidas para presionar la caída del gobierno cubano, que hoy estará vigilante de cualquier protesta o manifestación que ya se van siendo habituales en la isla post 11 de Julio de 2021..
