La famosa influencer cubana Imaray Ulloa, radicada en Miami desde 2013, ha revelado que sufrió un peligroso accidente en La Habana que casi le cuesta la vida y que la mantuvo en terapia intensiva por más de veinte días.
La historia se remonta a cuando Imaray Ulloa tenía apenas 8 años y vivía con su madre, que trabajaba para un hospital en Guanabacoa. Como por aquel entonces los apagones eran muy frecuentes, los directivos del centro médico le pidieron que guardara en el refrigerador de su casa algunos productos químicos para así evitar que se descompusieran en las neveras, que no tenían corriente eléctrica.
Aunque tomó todas las precauciones para evitar accidentes, la mamá de Imaray no pudo evitar lo que sucedió después. “Yo era una niña tranquila, no era de hacer cosas malditas, pero cuando las cosas están para una…”, dijo en una entrevista para el show de Tony Benítez.
“Yo tenía como una especie de alergia y mi mamá me daba un bálsamo que me encantaba. Un día ella se fue a buscar una sopa para mí y yo quería tomarme ese medicamento, porque me gustaba”, relató.
Imaray confundió el producto con un medicamento, sirvió un poco en una cuchara y lo llevó a su boca. Al percatarse de que no era lo que pensaba, escupió el peligroso producto que contenía sosa cáustica y luego bebió agua.
Los cáusticos (ácidos y álcalis fuertes) pueden quemar los tejidos del tubo digestivo superior cuando son ingeridos, y a veces producen la perforación del esófago o el estómago. Los síntomas pueden incluir babeo, disfagia y dolor en la boca, el pecho o el estómago; luego pueden producirse estenosis.
El producto le provocó una reacción que le causó graves daños a su organismo y le cambió la vida para siempre. “Estuve más de 21 días en terapia intensiva. Me provocó queloides en el esófago. Estuve desde los ocho años hasta los 21 todo el tiempo en hospital”, explicó.
Según recuerda, fue una experiencia muy dolorosa para su madre. “Ella estuvo todo el tiempo muy estresada. Tengo un recuerdo estando en la cama del hospital y mi madre arrodillada en el suelo y me decía ‘tú no puedes tomar agua, pero yo no tomo agua hasta que tú puedas’”.
