Una factura de 41 mil pesos por una comida en el balneario de Varadero ha causado una gran polémica en las redes sociales.
La internauta, identificada como “Elba Surita” publicó en el grupo de Facebook “Cardenenses”, el ticket con los precios de cada alimento y los usuarios se llevaron las manos a la cabeza.
La internauta asegura que el dueño del establecimiento, nombrado como Marisquería Laurent, es familia de Manuel Marrero, sí, ese, el primer Ministro.
Para que se vayan haciendo una idea. Un coctel de camarón lo venden en 2400 pesos mientras un breve pan con mantequilla en 700. Para rematar venden un postre que por el costo no podía tener mejor nombre. Se trata de una Tarta muerte por Chocolate al agradable precio de 3760 cup. Y para más inri, una botella de vino Marqués de Casa Concha en 10 mil CUP.
Mejor no vamos a hablar del “plato fuerte”. Lo que sí es cierto que más allá de la inflación desbordada los precios en este sitio implantan posiblemente un nuevo récord en el costo de los menú de los restaurantes privados.
En los últimos tiempos se han visto “horrores” en el precio de los establecimientos privados pero esta factura es digna de enmarcar en un museo que de testimonio de esta etapa de precariedad en que los alimentos estaban prácticamente vedados para el cubano común y corriente.
La inflación en Cuba crece por día y los alimentos duplican el precio por semana. Lo hacen ante la mirada inerte del gobierno que se queda de brazos cruzados ante el alza de la vida de un país que está segregando a millones de personas porque no tienen posibilidades de sufragar ni los alimentos más básicos.
La situación es alarmante sobre todo para las personas que viven de un salario estatal sin acceso a divisas o a familiares que le mandan remesas del exterior y para los jubilados cuya chequera en general apenas llega a los 2000 pesos.
