El Gobierno cubano ha anunciado la eliminación gradual de los subsidios a la canasta básica distribuida mediante la libreta de abastecimiento, un sistema implementado en 1963 para garantizar el acceso equitativo a alimentos y productos esenciales, y con ello la cuota de arroz subsidiada desaparecerá de muchos hogares cubanos también.
Esta decisión se produce en un contexto de profunda crisis económica, caracterizada por una alta inflación y escasez de productos básicos.
El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, informó que este proceso será progresivo y se enfocará en subsidiar directamente a las personas en situación de vulnerabilidad.
La libreta de abastecimiento ha sido, durante décadas, un mecanismo esencial para que los cubanos accedan a alimentos a precios subsidiados. Sin embargo, su efectividad se ha visto mermada por la escasez y la reducción de productos disponibles. La eliminación de los subsidios plantea interrogantes sobre cómo las familias, especialmente las de menores ingresos, podrán afrontar el costo real de estos alimentos en un mercado caracterizado por la inflación y la escasez, detalla Observatorio Cubano.
Aunque el Gobierno ha manifestado su intención de focalizar los subsidios en los sectores más vulnerables, la implementación de estas medidas en medio de la actual crisis económica genera preocupación y escepticismo entre los ciudadanos, quienes temen que la eliminación de la libreta de abastecimiento y la falta de productos básicos como el arroz empeoren aún más su situación cotidiana.
El arroz, alimento fundamental en la dieta cubana con un consumo promedio de más de 70 kg por persona al año, ha experimentado una notable disminución en su disponibilidad.
Según señala Cubadebate, en 2022, por ejemplo, la producción nacional solo cubrió el 19% de la demanda, y se prevé que en 2024 esta cifra sea aún menor, lo que incrementa la dependencia de importaciones y afecta la seguridad alimentaria de la población.
El arroz, componente esencial en la mesa cubana, no solo es una fuente primaria de calorías, sino también un elemento central en la cultura culinaria del país. La disminución en su disponibilidad y el posible aumento de precios, sumados a la eliminación de subsidios, podrían agravar la inseguridad alimentaria y afectar la calidad de vida de la población.
Traído a nuestro país por los colonizadores españoles, el alimento pronto se convirtió en el alimento imprescindible para criollos y esclavos y su siembra se adaptó a los suelos cubanos, ya que se puede cultivar hasta en tres épocas del año, destaca Cubanet Noticias, pero en términos de comercialización – y para hacerla rentable se precisa de la extensión de los cultivos – pronto fue superado por la caña de azúcar. Debido a eso, muchos colonos, que antes se dedicaban al cultivo del arroz, pronto sembraron sus tierras de caña, y a pesar de esfuerzos para impulsar su producción durante el pasado siglo, llegó el 1959 y todo lo que esto trajo aparejado.
La naciente revolución priorizó la siembra de caña y sucesivas malas decisiones del caudillo (Castro) en cuanto a la siembra de arroz y la importación de semillas, obligaron al Estado a replantearse la política de no sembrar arroz en el país.
Desde entonces «contrataron» a especialistas vietnamitas, pero hasta la fecha nada se ha logrado.
El portal Cubanet señala, en una nota que sirvió de fuente primaria para este trabajo, que actualmente existe «un nuevo proyecto arrocero con la cooperación de Vietnam», el cual «planea la plantación de 1.500 hectáreas del cereal (…) en Güines, en la provincia de Mayabeque.» Una decisióna todas luces arriesgada, teniendo en cuenta que para el cultivo se precisa de agua, y del cielo cada vez cae menos.
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