Ex estudiantes vietnamitas en Cuba, todos ellos -se los digo yo que conviví siete años con ellos en una beca universitaria- traficantes de dólares y de pacotilla, revendedores de merca a precios prohibitivos para muchísimos cubanos, expresaron desde Vietnam «su apoyo a la Revolución,» dice la agencia oficialista Prensa Latina, comúnmente conocida hasta por sus propios periodistas como Prensa Letrina».
Irrebatible argumento este -el mío, al que exhorto si alguien tiene pruebas de lo contrario, a que lo rebata.
Sin embargo, les advierto, la verdad monda y lironda es esa. Todos esos exbecarios vietnamitas se dedicaban a traficar con dólares en Cuba, en su época de estudiantes; e iban y compraban en las llamadas diplotiendas, cuando los cubanos no podían utilizar dólares, para revender luego lo comprado. ¿A quiénes? A los propios cubanos.
También cobraban por «hacer el favor» muchos -otros no, la verdad- de ir a la tienda y comprar lo que tú, con tus dólares obtenidos de manera ilegal no podías.
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En una declaración emitida desde el extranjero -el llamado Club de exestudiantes vietnamitas en Cuba, que bien pudiera llamarse como queda sugerido en el título de la nota- dijo que «las protestas del domingo 11 en la nación caribeña fueron incitadas desde el extranjero y luego sobredimensionadas mediante burdas manipulaciones».
Desconocedores de la realidad cubana actual, aunque sin dudas con «conocimientos» de lo que significa vivir en Cuba -si bien muchos de ellos ni conocieron de las vicisitudes que pasaron millones de cubanos durante el llamado Período Especial, por ejemplo- y sin dudas manipulados por el oficialismo cubano que a cada rato los reúne en Vietnam para recordar la nostalgia de los años vividos en la isla, los «denunciantes» parecen olvidar que mientras vivieron en Cuba actuaban ellos «contra la Revolución», trapicheando con dólares y pacotilla, e «incentivando el diversionismo ideológico» entre los cubanos.
