El Tribunal Supremo Popular (TSP) afirma que de 62 procesos ya efectuados, solo una persona ha salido absuelta.
A pesar de que en las redes suman casi cientos las denuncias sobre arrestos arbitrarios, juicios celebrados de un día para el otro, abogados sin acceso a sus defendidos o defendidos sin acceso a sus abogados, el magistrado del Tribunal Supremo Popular (TSP), Joselín Sánchez, insiste -según la oficialista agencia Prensa Latina, en que se han cumplido las garantías del debido proceso.
Sánchez tuvo acceso a la prensa – un derecho que no se les otorga a los familiares de esos detenidos, denunciantes en general – para decir, entre otras cosas, que «los tribunales de justicia municipales de Cuba garantizan la legalidad y el respeto al debido proceso en los juicios orales relacionados con los disturbios recientes en varios puntos del país.»
Tales declaraciones del magistrado del TSP pudieran ser refutadas por cientos de familiares de personas que, tras el 11 de julio, denuncian a través de las redes sociales – único «medio» al que tienen acceso – precisamente todo lo contrario.
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El magistrado del TSP señaló, sin que un periodista informado, impertinente e independiente le mencionara casos específicos de denuncias sobre arbitrariedades cometidas, que se han procesado ya a 62 personas y dijo que se ha mantenido un «estricto cumplimiento de cada una de las garantías que establece la legislación.»
Asume este vocero del TSP que los 62 procesados son personas que fueron puestas puestas «a disposición de los tribunales» debido a «conductas que han sido constitutivas de delito.»
Dijo además, siempre hablando a nombre del TSP, que «la tipicidad delictiva predominante en estos casos es el desorden público, en 53 de los sancionados, unido a otros delitos tales como el de resistencia, desacato, instigación a delinquir y daño, hechos para los cuales la ley prevé sanciones de hasta un año de privación de libertad o multa de 300 cuotas, o ambas.»
Según su testimonio, que es el testimonio del poder, irrefutable e incuestionable, por cuanto no existen los modos en la isla para cuestionar, e investigar; confrontar datos y hasta las evidencias son negadas, «los tribunales dieron todas las facilidades para que a los acusados que tuvieron la intención de nombrar abogado, se les garantizara ese derecho.»
Basta un dato para resumir la debacle del sistema judicial cubano y del modo en que la píldora de la PNR y la Fiscalía llega a estos tribunales y al TSP: de todos los procesados, a pesar de que se conoce de que muchas de estas acusaciones se basan en evidencias circunstanciales, denuncias verbales, y no duden que hasta en «ajustes de cuentas», solo una persona resultó absuelta de los cargos que se le imputaban. Lo cual demuestra, en buena medida, que la fiscalía o la policía ha llevado a juicio a cientos de personas sin evidencias de haber cometido delito alguno.
Una de esas personas al que no se le han respetado sus derechos pudiera ser el joven informático santiaguero Abdiel Cedeño, de quien sus familiares en Santiago de Cuba alegan que lleva más de 24 días incomunicado, sin que siquiera su madre haya podido verlo.
Ni el abogado que se contrató, dicen ellos, ha podido darles información. Alegan además que el joven fue golpeado sin piedad
Se encuentra detenido en un centro conocido como El Energético, en la carretera de Mar Verde, Stgo de Cuba, dijo su hermana.
«(está) TOTALMENTE INCOMUNICADO de la familia, NO LO DEJAN VER. QUIEREN ENCARCELARLO por manifestarse pacíficamente, al igual que al resto de jóvenes que protestaron junto a él en El Caney, Santiago de Cuba,» expresa la denunciante.
Aquí el testimonio de su madre:
Abdiel, se desprende de las palabras de su madre, es uno de esos miles de jóvenes cubanos que no se sienten parte del proceso; ya sea por sentirse desilusionados o traicionado por las promesas de las autoridades cubanas luego de 62 años de proceso socialista en la isla.
Precisamente hacia ellos, parece estar encaminando sus redes el llamado «puesto a dedo»: hacia los jóvenes.
Díaz-Canel conversa con «jóvenes seleccionados» para ver si aterriza
En días pasados los vimos recuperando un viejo anhelo de los comunistas cubanos: el de hacernos creer que los dirigentes eran iguales al resto de los cubanos mortales; que se sacrificaban machete o guataca en mano por «la Patria», y que «el ejemplo» de ellos, ya fuese en la agricultura o en la construcción, pudiese hacer renacer un muerto dormido en las entrañas de un pueblo que, sin pedir nada a cambio lo sacrificó todo, y jamás vio el fruto de su esfuerzo.
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Ahora, siguiendo esta «tradición abandonada», Díaz-Canel se reunió en la Universidad de La Habana con un grupo de jóvenes, evidentemente seleccionados, ninguno «contestario», para, seguramente, conocer de ellos «impresiones» sobre la sociedad en que viven, que evidentemente no es la misma que vive él, que no tiene que lidiar con las dificultades del transporte, y la alimentación, o las colas en las tiendas de Moneda Libremente Convertible o simplemente esto: no tener Moneda Libremente Convertible para poder comprar en esas tiendas y alimentarse.
Allí sentado, de espaldas la Plaza Cadenas, en cómodas sillas, los integrantes de la tropa de Díaz-Canel y el Díaz-Canel mismo, «dialogaron» con los jóvenes.
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Dice la agencia oficialista Prensa Latina que en el «diálogo», Díaz-Canel «intercambió sobre sus visiones para construir un mejor país,» aunque no está claro si los presentes pudieron intercambiar, sin miedos, y sin riesgos de ser expulsados de sus centros de estudio o de trabajo, sus visiones para construir un mejor país.
De acuerdo con la cuenta de Twitter de la Presidencia, en el «diálogo» participaron además «campesinos, trabajadores del sector privado, profesores y médicos, entre otros.»
«A nuestros jóvenes hay que escucharlos como las más importantes personas que son», escribió el mandatario en su perfil en la red social, y expresó que estos hablaron sobre días «complejos e históricos,» sin que claro, trascendiese sus nombres, cargos, y sobre todo «qué dijeron», so pena de arriesgarse a «qué les pasará después.»
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