La naturaleza puso a prueba a Pinar del Río y sus habitantes. Tras nueve jornadas de combate ininterrumpido, las autoridades lograron controlar un incendio forestal que arrasó con más de 3.000 hectáreas de bosque en la provincia más verde de Cuba.
El fuego, que se desató el pasado 18 de abril en la zona de Arenales, dentro del Consejo Popular San Carlos, en el municipio de Minas de Matahambre, se extendió con rapidez hacia áreas boscosas del municipio vecino San Juan y Martínez. La periodista Alina López Ochoa confirmó en su perfil de Facebook que este siniestro constituye, hasta la fecha, el mayor desastre natural de este tipo en el país durante 2025.
De acuerdo con los primeros informes, el saldo de la catástrofe alcanza las 3.240 hectáreas afectadas: unas 1.740 en San Juan y Martínez y 1.500 en Minas de Matahambre. Las zonas dañadas pertenecen al patrimonio de las empresas agroforestales locales, ubicadas en un territorio que ostenta el título de segunda provincia más reforestada de Cuba.
Lea más: Continúa incendio que ha arrasado casi 3.000 hectáreas de bosque en Pinar del Río
La lucha contra las llamas movilizó a una fuerza diversa y decidida. Integrantes del Cuerpo de Guardabosques de Cuba, empleados de empresas agroforestales, combatientes del Ministerio del Interior (Minint) y brigadas forestales especializadas, junto con obreros del sector tabacalero, unieron esfuerzos para contener el avance del fuego.
Los recursos desplegados fueron tan variados como necesarios. Camiones cisterna, medios de comunicación satelital y un helicóptero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias desempeñaron un papel crucial. Solo esta aeronave realizó múltiples sobrevuelos y arrojó un total de 29.976 litros de agua sobre los focos más activos, contribuyendo de forma significativa a la extinción.
La amenaza para los núcleos poblacionales cercanos también generó una respuesta inmediata. El pequeño poblado de Caliente, próximo al incendio, fue objeto de acciones de protección específicas que, según relató López, permitieron salvaguardar la integridad de sus habitantes. Para coordinar todas las operaciones de contención y vigilancia, el Consejo de Defensa Municipal de Minas de Matahambre fue activado de forma extraordinaria.
Aunque el fuego principal ya ha sido dominado, el monitoreo constante continúa. Las autoridades forestales advirtieron que las labores de inspección se mantendrán activas para detectar cualquier resurgimiento de puntos calientes que pudieran avivar nuevamente el desastre.
Este mismo fin de semana, el teniente coronel Alexander Pereda Burón, jefe del Cuerpo de Guardabosques en la provincia, declaró que se había logrado propinar un “golpe definitivo” a las llamas, enviando un mensaje de alivio a los habitantes de la región y a los trabajadores agroforestales que dependen de estos bosques para su sustento.
Este incendio reabre el debate sobre la fragilidad de los ecosistemas cubanos ante eventos extremos, y pone sobre la mesa la necesidad urgente de fortalecer las estrategias de prevención, sobre todo en zonas de alta reforestación. En un país donde los bosques son vida y sustento, cada hectárea perdida representa un llamado a la reflexión.