Con su muerte en Nueva York, Musmé deja atrás más que un legado performático: su figura revive la complejidad del transformismo en Cuba y su expresión sonora única, ahora inmortalizada en un disco que desafía la invisibilidad histórica. Ese LP es testimonio de una voz que resistió censuras, géneros y fronteras, y que continúa inspirando a artistas trans, performers y aficionados de la cultura queer y cubana.
Desde sus primeras apariciones en emisoras como Radio 1010, donde tuvo su programa Momento Afrocubano con Celia Cruz, hasta su consagración en el cabaret Sans Souci y en los escenarios de Tropicana, Celia Cruz fue configurando una carrera que ya en los años 50 la situaba como la figura femenina más prominente de la música popular cubana. Y así lo hizo saber en Casa América, la investigadora cubana Rosa Marquetti.
La situación plantea preguntas importantes sobre la ética en el arte, la representación de figuras públicas y el papel de las instituciones culturales en la promoción de un discurso respetuoso y consciente.
¿Por qué no hay calles que llevan nombres de músicos cubanos? Esa es la pregunta que se hizo en Facebook, pero a viva voz, la historiadora y musicóloga cubana Rosa Marquetti.