En fin, el Festival de ahora a muchos se nos antoja como un festival dedicado a quien no fue despedida como merecía, que excluye al que sigue diciendo lo que otros callan, y deja afuera a los que escogieron seguir haciendo reír en Libertad.
Con 88 años y una memoria que parece afilada como los guantes de sus boxeadores, Sagarra recibió al actor con afecto y una sonrisa entrenada por décadas de disciplina