El colapso hospitalario no es un fenómeno aislado. Lo que ocurre en Cienfuegos se replica en Villa Clara, Holguín y Guantánamo, donde las ambulancias escasean y los entierros improvisados se vuelven habituales. La crisis sanitaria se entrelaza con un brote epidémico —posiblemente de dengue o leptospirosis— que el gobierno evita reconocer. Médicos cubanos en redes alertan sobre hospitales sin antibióticos, sin oxígeno y sin electricidad durante horas críticas.
La aludida es Dania María Santí Morlanes, militante del Partido Comunista, exdecana de la Facultad de Lenguas y Comunicación de la Universidad de Camagüey, señalada por su rol en la expulsión como profesor del plantel, del periodista independiente José Luis Tan Estrada; y también, en un pasado no tan lejano, de otro profesor y periodista: José Raúl Gallego.
El caso del hospital “Marie Curie” es presentado como símbolo de un patrón de abandono institucional: mientras el Estado invierte en hoteles y torres de lujo, los enfermos de cáncer sobreviven sin medicinas ni condiciones básicas. Para los familiares, la indignación se resume en una pregunta reiterada: ¿hasta cuándo el pueblo tendrá que pagar con su vida la indiferencia de quienes gobiernan?
Desde el exilio forzado, Tan se mantiene activo en redes sociales relatando su travesía y reportando sobre la vida en Camagüey, incluidas las constantes interrupciones eléctricas. Guarda como amuleto la camiseta que lo acompañó durante todo el viaje, símbolo de resistencia y de la ayuda de familiares y amigos.
A través de su valentía, José Luis Tan Estrada representa la fusión entre periodismo valiente y activismo social que, desde el exilio, sostiene que los actos humanos de empatía no solo no son delito, sino la expresión más genuina de civilidad y fraternidad. Su mensaje final es claro: seguirá ayudando y denunciando, sin importar los costos personales.
Durante el interrogatorio, los agentes mostraron a Tan un expediente con supuestas pruebas de sus publicaciones en redes sociales y lo acusaron de estar "caminando hacia el delito de mercenarismo". Además, le recomendaron que aprovechara su pasaporte para salir del país, insinuando que un exilio forzado sería la mejor salida para evitar problemas legales.
Vecinos y seguidores de la publicación se conmovieron con la situación y, gracias a la colaboración de varias personas, Tan Estrada pudo llegar hasta la casa de Roelbis y su abuela, ubicada en el barrio Nuevo Salomé, en condiciones de extrema pobreza.
Tan Estrada, conocido por su crítica abierta al régimen cubano y su labor periodística independiente, fue detenido en La Habana; y es una de las muchas detenciones arbitrarias que ha sufrido debido a su activismo y trabajo periodístico.
Camagüey no solo es un testimonio del pasado revolucionario de Cuba, sino también un ejemplo del valor inquebrantable de sus ciudadanos que, inspirados por su historia, siguen luchando por un futuro donde prevalezcan la libertad y la dignidad humana.
Al caso de los manifestantes de Nuevitas, donde incluso se le impuso una condena de 15 años a una joven cuyo "delito" fue filmar las protestas, se suma la detención del activista y periodista José Luis Tan Estrada
Tan Estrada, conocido por su crítica abierta pero respetuosa siempre contra el régimen cubano y también por su labor humanitaria, fue detenido en las afueras de La Habana bajo cargos que se desconocen.