La protagonista, la española Ana Hurtado —activista afín al régimen, autodefinida durante años como “actriz y periodista”— contó que quiso pagar toda la cuenta por Transfermóvil, pero le exigieron mitad en efectivo y mitad por transferencia. Como no llevaba cash, se quedó sin cenar.
Lázaro Manuel Alonso y Miguel Reyes, periodistas alineados con la postura oficial, parecen estar asistiendo a la muerte en vida de un gobierno que ellos pregonan y defienden, una vez que sus bolsillos han comenzado a sentirse "el golpetazo".
A pesar de las posibles dificultades, las autoridades cubanas insisten en que el plan de bancarización es de vital importancia para la economía del país.