La entrega de autos a tabacaleros, más que un simple reconocimiento, se convirtió en un espejo incómodo de la realidad cubana: un país donde producir riqueza no garantiza derechos plenos, y donde el acceso a un automóvil puede ser noticia nacional, siempre y cuando esté mediado por el visto bueno del poder.
Esta no es una política de estímulo. Es una política de control. El Estado no le devuelve al productor lo que ha generado. Le da, si quiere, si puede, si le conviene políticamente. Lo hace bajo sus términos, sin equidad, sin libertad de mercado, sin competencia real. Y mientras más dependientes se mantengan los campesinos de ese sistema opaco, más fácil es someterlos a la lógica del favor y la deuda.
La experiencia de Leonel Otero Cudeiro pone de manifiesto las dificultades que enfrentan los campesinos cubanos: escasez de recursos, falta de apoyo estatal y desafíos económicos que limitan su capacidad para producir alimentos y sostener a sus comunidades.
La situación en el sector agrícola cubano continúa deteriorándose, como lo demuestran las recientes denuncias de campesinos en Cienfuegos durante un debate con autoridades locales.
En Villa Clara fueron desarticuladas dos bandas que se dedicaban a robar y sacrificar ganado, vacuno y equino a los campesinos de la zona, y apresados receptadores y revendedores.
Como "un plan sin fundamento real" califica el campesino cubano Alien Falcón Rodríguez, residente en la Finca San Juan, en el municipio mayabequense de...