Movimientos inesperados en Cienfuegos y la destitución de la directora provincial de Justicia en Guantánamo reavivan el debate sobre la corrupción estructural en Cuba, justo cuando el Gobierno intenta presentar la caída de Alejandro Gil como una muestra de “tolerancia cero”. Lo que emerge, sin embargo, es la percepción de un entramado donde las irregularidades no son excepciones, sino el modo habitual de funcionamiento dentro de instituciones desgastadas y desconectadas de la ciudadanía
El juicio por espionaje contra Alejandro Gil se celebra a puerta cerrada, con expedientes separados y silencio oficial que protege más al poder que a la verdad.
El juicio contra Alejandro Gil comenzó esta mañana en un tribunal militar del municipio Mariano y el primer proceso será por espionaje, el cargo más grave que se le imputa al ex ministro, quien según su hija, no admitirá los cargos en su contra.
"Conforme a lo establecido en los artículos 153 de la Constitución de la República de Cuba y el 477.1 de la Ley del Proceso Penal, por razones de Seguridad Nacional asistirán al juicio las partes y las personas autorizadas por el tribunal"; indicó el Tribunal Supremo en una breve nota publicada en el diario Granma.
“Alejandro es el arquitecto de la Tarea Ordenamiento y del desastre económico reciente; tendrá que pagar por el daño hecho al pueblo cubano”, dijo su hermana María Victoria Gil.
Su padre, dijo, "se mantiene firme en su defensa y no reconocerá bajo ninguna circunstancia, ningún delito que se le impute y que no se le sea debidamente verificado" dijo Laura María Gil González y añadió: "la verdad triunfará".
Gina María González García se desempeñaba como gerente de la Cámara de Comercio de Cuba y anteriormente había sido gerente comercial de la casa discográfica estatal BisMusic.