Dancing with the Stars, que regresa el 17 de septiembre, ha tenido en su lista de concursantes a figuras controversiales en el pasado, pero esta chica es una de las más inusuales debido a su historia criminal reciente.
Anna Delvey, la famosa estafadora conocida por su rol como falsa heredera alemana, cuya serie en Netflix cautivó a millones de personas en el mundo entero, se ha asegurado un lugar en la temporada 33 de Dancing with the Stars, donde competirá con un distintivo muy peculiar: un grillete electrónico en el tobillo.
Delvey, cuyo nombre real es Anna Sorokin, fue condenada en 2019 por varios cargos de fraude, después de estafar a la élite neoyorquina más de $250,000.
Aunque fue liberada de prisión en 2021 por buena conducta, desde entonces ha estado bajo arresto domiciliario debido a problemas con su visa, lo que la ha mantenido bajo la vigilancia de las autoridades de inmigración en Estados Unidos.
Su participación en el programa ha sido confirmada a pesar de las limitaciones de su arresto domiciliario. Se le ha otorgado permiso para viajar desde su apartamento en Nueva York a Los Ángeles, donde se graba el programa.
Esto se logró gracias a una relajación en las condiciones de su arresto, que anteriormente la limitaban a un radio de 70 millas desde su domicilio. Aunque su participación ha generado críticas, Delvey ha decidido aprovechar esta oportunidad para transformarse en una figura mediática más allá de su infamia por las estafas, señala The Independent.
El programa de baile, que regresa el 17 de septiembre, ha tenido en su lista de concursantes a figuras controversiales en el pasado, pero Delvey es una de las más inusuales debido a su historia criminal reciente.
Su aparición en el escenario, luciendo su tobillera electrónica, ha captado la atención del público, algunos de los cuales la consideran inapropiada para el formato del programa, mientras otros ven en ella una oportunidad de redención, como indica Newsweek.
Además de su participación en Dancing with the Stars, Delvey ha estado trabajando en varios proyectos, incluyendo un podcast y un programa de televisión titulado Delvey’s Dinner Club, donde explora temas como el arte, la moda y la política.
Aunque su vida ha sido controvertida, Anna parece determinada a seguir siendo una figura pública y a redefinir su imagen en el mundo del entretenimiento.
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