El Moskvitch y el Lada son los autos que más circulan por las calles cubanas desde hace más de 50 años, cuando las estrechas relaciones políticas y económicas entre la isla y la URSS, provocó una avalancha de productos soviéticos en las vidas cotidianas de los caribeños.
El derrumbe de la Unión Soviética a inicios de los años 90 decretó, entre muchas cosas, la escasez de piezas de repuesto para los miles, quizás millones de estos autos, muchos destinados a las empresas estatales, ostentando las antiguas chapas azules o rojas estatales, o verdes de las fuerzas militares y policiales, aunque no pocos fueron “otorgados” a propietarios particulares cubanos tras años de esfuerzo laboral o como recompensa por desempeñarse como dirigentes políticos o económicos.
Los Moskvitch (pronunciado mayormente por los cubano como “Moskovich”) y los Ladas continúan rodando en Cuba, conteniendo en su interior muchas veces piezas y motores completos de otras marcas, adaptados a sus mecanismos, por la falta de piezas nuevas o incluso de uso. Muchos cubanos que comenzaron a viajar a Rusia en los últimos años como “mulas” regresaban a la isla cargados de estos recambios, pero sobre todo de Lada, que se continuó produciendo.
El Moskvitch o “Moscovita”, un poco menos apreciado por los cubanos dada su menor calidad frente al Lada, ha dado más dolores de cabeza a los cubanos por la mayor falta de piezas, que ha llevado a “inventar” más, adaptándole incluso piezas de Lada, con el cual se puede confundir por lucir un chasis muy semejante. Esta marca dejó de producirse por completo en el año 2002, cuando la planta, rebautizada en los años 90 como OAO Moskvitch (Moskvitch S.A), fue a la completa quiebra.
Pero ahora las esperanzas de los propietarios cubanos de Moskvitch pudieran renacer con fuerza dado que es muy probable que vuelvan a fabricarse, luego que la planta Renault vendió por un simbólico rublo el 68% de sus propiedades de Avtovax, factoría de Lada, al Ayuntamiento de Moscú.
El alcalde de la capital rusa, Serguéi Sobyanin, informó en su blog personal que ante esta decisión, “no podemos permitir que miles de trabajadores se queden sin trabajo” y anunció la reanudación de la fabricación de vehículos marca Moskvitch, en asociación con la empresa Kamaz (otra popular marca de rastras y camiones aun común en Cuba). Inicialmente serán de motores de combustión interna, pero en un futuro cercano pudieran cambiar a motores eléctricos. Así que regresa el Moskvitch al mundo y posiblemente a Cuba, donde sigue siendo una marca abundante en las calles, aunque muchos esperen detenidos en los garajes por nuevas piezas que los echen a andar.
