Dicen que el talento no se mide en seguidores… y si alguien lo está demostrando en carne propia es Lagueah El Árabe, un nombre que, hasta hace unos días, solo resonaba en los barrios calientes de Guantánamo. Pero bastó un remix candente, un par de comentarios bien colocados y una ola de likes para que todo el panorama urbano cubano se pusiera de cabeza. Y ahora, este chico de voz grave, letras sin censura y actitud sin filtro, está en boca de todos.
Aunque no pasa de los 2.000 suscriptores en YouTube ni de los 8.000 en Instagram, Lagueah ha conseguido algo que muchos sueñan y pocos logran: que dos gigantes como Ovi y Yomil se lancen puyas públicas por tenerlo de su lado. ¡Una verdadera telenovela musical!
Todo comenzó con la publicación de un video en el perfil del joven artista, donde el ritmo urbano se mezclaba con una energía tan cruda como contagiosa. Y allí, como quien tira el primer dado en una partida peligrosa, Ovi -la estrella internacional del trap salido de Cuba- dejó un comentario que encendió la mecha:
“Vamos a grabar algo, mío”, escribió, dejando claro que quería montarse en el tren antes de que despegara.
Pero la cosa se puso tensa cuando, días después, Yomil, eterno rival de Ovi, apareció para alabar a Lagueah sin reparos: “He visto varios videos tuyos y no has fallado en ninguno, demasiado duro, asere”, soltó. A Ovi no le hizo ni pizca de gracia, y respondió con una indirecta directa: “Oeee Yomil, ¿lo que yo hago tú lo haces? Pega mundial a ver si puedes”.
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¿Y qué hizo Yomil? Pues no se quedó callado. En un extenso texto, sacó pecho por su carrera y le devolvió la pelota con elegancia, pero con filo: “Eso no es nada… Debería darte pena llamarte internacional cuando no has hecho un concierto”, disparó, cuestionando el verdadero alcance del “éxito global” de su colega.
Pero más allá de este duelo de egos, el verdadero protagonista es Lagueah, que mientras los titanes se pelean, sigue en lo suyo: soltando barras callejeras, grabando en casa y contestando con emojis. Porque este muchacho no necesita gritar para hacerse notar. Su voz rasposa -que algunos comparan con los primeros tiempos de Bryant Myers- ya lo dice todo.
Lagueah es parte de “La Nueva”, esa camada fresca y sin miedo del reparto cubano, esa que no le debe favores a nadie y que se abre paso con talento puro y corazón de barrio. Es el tipo de artista que no espera invitación para entrar a la fiesta… la prende desde la esquina.
Con apenas un tema viral, ya tiene propuestas de colaboración, fanáticos fieles y una guerra declarada entre veteranos que se disputan su bendición. Y mientras todos se preguntan si logrará “pegar mundial”, él parece estar más enfocado en mantenerse real que en inflar su número de seguidores.
Porque al final, en un género tan competitivo como el urbano cubano, no gana quien más grita… sino quien logra que todos escuchen. Y este árabe de Guantánamo, sin alfombra mágica pero con mucho swing, parece dispuesto a volar alto. ¿Será el 2025 su año? Solo el tiempo (y los próximos remix) lo dirán.
