El problema de la crisis energética cubana se ha incrementado considerablemente en los últimos años. A la falta de combustible tras la disminución en el envío de barriles de petróleo de Venezuela, se han sumado las continuas averías en las termoeléctricas cubanas, que habitualmente provocan su salida del circuito eléctrico nacional.
Pero, ¿por qué se rompen las termoeléctricas en Cuba? Las causas son varias pero responden sobre todo, según los especialistas, a la antigüedad de estas instalaciones, la falta de reparación, la ausencia de piezas de repuesto y al combustible de baja calidad con que trabajan.
El propio gobierno lo ha reconocido.” Nuestro parque de generación base está envejecido”, dijo la Empresa Eléctrica en 2021.
“La vida útil de una termoeléctrica está entre 30 y 35 años, y en nuestro caso excepto los dos bloques de Felton, que tienen 25 y 21 años sincronizados, respectivamente, todos los demás tienen más de 30 años de explotación y siete de ellos tienen más de 40 años trabajando”, explicó la institución al diario Adelante, al tiempo que reconoció la falta de «mantenimientos planificados» en estas instalaciones.
La entidad también señaló que el crudo cubano con que trabajan las termoeléctricas es de muy baja calidad, lo que provoca sistemáticas roturas en estas instalaciones muy envejecidas.
“El crudo nacional tiene características químicas que obligan a incrementar el régimen de limpieza de las calderas, acortar los plazos para los mantenimientos y hacer los mismos más profundos; así como utilizar aditivos químicos que mejoren la calidad del crudo empleado”.
Lo cierto es que detrás de esta realidad se esconde la poca previsión gubernamental, la cual ha provocado que en algunos momentos el sistema energético haya estado al borde del colapso, lo que ha aumentado considerablemente la tensión y las molestias de los cubanos.
Si bien se han construido hoteles de lujo y se han destinado cuantiosas sumas de dinero al desarrollo turístico, no ha pasado lo mismo con el sector energético, que sigue operando sobre una cuerda floja debido a la antigüedad de estas instalaciones, que prácticamente están funcionando por arte de magia.
