El artista plástico Michel Mirabal desmintió, con las pruebas que pudo demostrar, las acusaciones hechas por el artista contestatario cubano Silvio Lian Rodríguez, conocido como Silvito el Libre. Mirabal dijo que las acusaciones de este son infundadas y que él no tiene tiempo ni se dedica a llamar y amenazar a nadie, ni tampoco para «correrle una máquina», frase cubana que significa hacer una broma por teléfono.
Según las declaraciones de Mirabal, la historia fue muy mal contada por Silvito el Libre y lo conminó a que si tiene las pruebas que las muestre, haciendo clara alusión a las presuntas llamadas hechas por Michel a su madre; y claro, al contenido de las llamadas.
En declaraciones hechas a Cuballama Noticias, Michel Mirabal calificó como una «locura» todo lo dicho por Silvito el Libre y alega que él quiso hacer una llamada a una amiga de nombre Silvia, pero seleccionó mal el nombre, porque ambos contactos, el de su amiga y el de la madre de Silvito el Libre están en la agenda de su teléfono «uno encima del otro».
«Yo estaba llamando a esta amiga, y sin querer me equivoco y marco el télefono de esa señora,» explica.
«Yo, sí, claro, tengo el teléfono de la madre de Silvito. Yo conozco a toda esa gente. Esos dos muchachos eran como mis hermanos,» indicó.
«Me di cuenta que me había equivocado de número. Entonces ella me devuelve la llamada a mi, y como había sido una equivocación que la había llamado, pues no cogí la llamada,» dijo.
Michel Mirabal alega que la madre de Silvito el libre continuó insistiendo y él, sin ver el remitente, porque iba manejando, cogió el teléfono.
«Al parecer ya estaba cuadrado con su hijo que me llamara y tratara de sacarme de mis cabales diciéndome cosas locas y que si yo ya estaba trabajando para la seguridad. A pesar de eso la traté correctamente,» dijo.
Michel Mirabal insistió en que él no tiene tiempo para hacer bromas teléfonicas o para llamar y amenazar a nadie. Dijo que su adolescencia ya pasó, y en su defensa aporta una captura de pantalla de las llamadas hechas ese día.
«La pregunta de los mil pesos es : ¿qué fue lo que él dice que yo le hice a esa señora?, porque nunca lo dice. De hecho, yo nunca hablé con ella; fue ella la que insistentemente me llamó a mí. Pero solo en la cabeza de él y de aquellos que le creyeron puede caber la idea de que yo pudiera estar llamando a una señora para amenazarla o correrle una máquina. ¿De veras alguien tiene ese tiempo o se dedicaría a eso? Yo no.»
Y añade:
«Si dicen que lo hice, ¿por qué no ponen la llamada?,» se pregunta. ¡Que diga cuál fue la amenaza que yo le hice o la máquina que le corrí!
Y concluye:
«Yo sé que esa señora me llamó para provocarme.»
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