Un fuerte operativo policial fue visto esta mañana en las cercanías del tribunal ubicado en la manzana delimitada por las calles Industria, San José, Dragones y Monserrate, donde se estaría juzgando este viernes a varios de los manifestantes que formaron parte de las protestas del pasado 11 de julio en La Habana.
Según reseña el portal de noticias digital 14ymedio, «las autoridades buscan evitar una protesta de familiares» frente al edificio que alberga la sede del Tribunal, enclavado a pocos metros de distancia del Capitolio, donde radica ahora la sede de la Asamblea Nacional.
El periodista independiente Héctor Valdés Cocho confirmó la presencia policial en la zona, en un post publicado en Facebook, donde puede verse detrás de él a varios agentes del orden custodiando la zona.
Según la descripción hecha por 14ymedio, el cordón de seguridad alrededor del tribunal es imponente, y abarca toda una manzana.
El portal digital asegura que pudo confirmar que allí se encuentran, en estos instantes, miembros de las brigadas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), algunos de ellos acompañados con perros, además de otros efectivos militares y muchos miembros de la Seguridad del Estado, casi todos vestidos de civil, «traje típico» que utilizan a diario para confundirse con el resto de la población.
14ymedio entrevistó a un joven que al pasar por el lugar le pidieron el carné de identidad y le revisaron hasta la mochila.
«Pasé por la esquina del Capitolio y un policía me pidió el carné de identidad y me revisó la mochila. Yo ni sabía lo que pasaba, pero después me enteré de que se estaban haciendo los juicios a los que protestaron en las calles; lo supe porque una mujer me lo confirmó en la parada de ómnibus»,
explicó el joven.
Por si fuera poco, refiere 14ymedio que «varios centros de trabajo estatales próximos al tribunal suspendieron este viernes su jornada laboral, entre ellos la Casa Editora Abril, que está ubicada en el mismo edificio que las salas de juicios».
Cubacomenta intentó reiteradamente contactar con un vecino y ocasional colaborador del blog residente en las cercanías del lugar, pero no obtuvo respuesta hasta el momento.
14ymedio, por su parte, conversó con una vecina de la calle Teniente Rey, y esta les informó que ni siquiera a los carretilleros los han dejado pasar por el lugar a vender sus alimentos como siempre hacen.
«Tienen personas también apostadas en varios balcones porque temen que las madres de los detenidos hagan alguna protesta», asveró la vecina.
Juicios sumarios y sin pruebas documentales
Se especula que el de hoy sea otro juicio más, sumario, con poco tiempo de preparación o nulo, por parte de la defensa de los acusados, tal y como han estado denunciando desde hace dos semanas familiares de algunos detenidos y de personas ya juzgadas por los tribunales.
Cubacomenta tuvo acceso a un audio -el cual por no contar con los derechos para reproducirlos aquí no incluimos- en el cual la madre de un joven que fue juzgado la semana pasada, y que estuvo presente en el juicio, afirma que todo lo que a su hijo le imputaron fue sin pruebas y en base al testimonio de un vecino- con el que la familia del detenido siempre ha tenido desavenencias- y al del Jefe de Sector.
La fuente que nos permitió escuchar el audio asegura que la madre del joven tenía varios testigos de que su hijo «no le hace daño ni a una mosca», aunque sí reconoce que «participó» y vociferó consignas, lo cual no está prohibido. La defensa no pudo presentar testigos para apuntalar en el juicio el carácter no violento del acusado, el cual cayó irreductiblemente en el saco de las 53 personas que fueron «sancionadas por desorden público (…) resistencia, desacato, instigación a delinquir y daño», según los datos ofrecidos esta semana por Joselin Sánchez Hidalgo, magistrado del Tribunal Supremo Popular.
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La madre del joven asegura en el audio que su hijo fue detenido violentamente, golpeado incluso, y que ella cree que «se defendió», pero siempre en respuesta a la agresión sufrida.
El propietario del audio dijo que la madre del joven no lo autorizó tampoco, a pesar de que se conocen haya ya más de dos décadas, a divulgar su testimonio para «no complicarlo más aún», pero él asegura que todo es cierto, «cien por cien», pues conoce a la familia, a los abuelos del muchacho al que, según él, ni siquiera lo vio fajarse en la escuela o en el barrio más de dos o tres veces.
El joven fue condenado a once meses de privación de libertad.
