El gobierno cubano ha intensificado su ofensiva contra el narcotráfico, desplegando una serie de operativos policiales en diversas regiones del país. Estas acciones, ampliamente difundidas en redes sociales por medios oficialistas, buscan proyectar una imagen de «tolerancia cero» frente al consumo y tráfico de drogas. Sin embargo, la realidad es que la droga sigue en la calle.
En Guantánamo, específicamente en el barrio conocido como «Loma del Chivo», la comunidad denunció a un individuo sospechoso de vender sustancias ilegales, como reseña la página oficialista Angerona de Cuba.
Gracias a esta colaboración, las autoridades realizaron un operativo que resultó en la incautación de pesas digitales, teléfonos celulares, picaduras de marihuana, ocho piedras de crack, envoltorios con cocaína y «una elevada suma de dinero», aunque en la foto lo que se aprecia son algunos billetes encima de una cama que, sumados todos y cambiada la moneda nacional por la divisa, probablemente no llegue ni a cien dólares.
La propia página oficialista señala que en Centro Habana, un operativo policial en una vivienda ubicada en Virtudes entre Gervasio y Belascoaín llevó al decomiso de 30 envoltorios de droga listos para la venta, además de otras sustancias y materiales utilizados para el tráfico.
Otra página oficialista, Con Todos la Victoria, señala que en Jagüey Grande, Matanzas, las autoridades detuvieron a Frank Becerra Calderón por portar droga y una gran cantidad de dinero en efectivo.
A pesar de estos esfuerzos, la presencia de drogas sintéticas como «el químico» sigue siendo una preocupación creciente. En Centro Habana, la policía detuvo a un hombre conocido como «Page» por tráfico de drogas, tras denuncias vecinales. En la detención se decomisaron la droga y grandes sumas de dinero.
El gobierno cubano ha reforzado su discurso contra el tráfico de drogas con la implementación de juicios ejemplarizantes. Las autoridades judiciales han advertido que las penas pueden llegar hasta los 30 años de prisión.
Estas acciones reflejan la creciente preocupación de las autoridades cubanas ante el auge del narcotráfico y el impacto del consumo de drogas en la población. Sin embargo, la persistencia de estos casos sugiere que el fenómeno continúa expandiéndose a pesar de los esfuerzos policiales.
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