No habría sobrevivientes tras choque entre avión y helicóptero en Washington

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Las autoridades creen que no hubo sobrevivientes después de que un avión de American Airlines que volaba de Wichita, Kansas, al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, chocó con un helicóptero militar Black Hawk en la noche del miércoles 29 de enero cerca de Washington D. C.

De acuerdo con lo que declararon este jueves, se teme que los 60 pasajeros y cuatro tripulantes que iban a bordo de la aeronave que se estrelló y los tres soldados que realizaban un vuelo de entrenamiento en el helicóptero hayan fallecido en lo que probablemente sea el peor desastre aéreo en Estados Unidos en casi un cuarto de siglo.

Según informó AP, al menos 28 cuerpos (27 del avión y uno del helicóptero) se recuperaron de las heladas aguas del río Potomac tras la colisión que tuvo lugar en uno de los espacios aéreos más controlados y vigilados del mundo, a poco más de 4,8 kilómetros (3 millas) al sur de la Casa Blanca y el Capitolio, cuando el helicóptero aparentemente voló en la trayectoria del avión que aterrizaba.

Pese a que los equipos continúan buscando otras víctimas, no esperan encontrar sobrevivientes. Unos 300 socorristas participaban en las labores complicadas por el agua fría, el viento y las fuertes corrientes.

“Estamos en un punto donde pasamos de una operación de rescate a una operación de recuperación”, reconoció John Donnelly, el jefe de bomberos de la capital estadounidense. “No creemos que haya sobrevivientes”.

Fueron hallados restos del helicóptero y el cuerpo del avión, que se encontraba boca abajo en tres secciones, en una parte del río donde el agua apenas llega a la altura de la cintura, detalló AP

“El helicóptero entró en la trayectoria del avión”

“En el acercamiento final hacia Reagan, chocó con una aeronave militar en un acercamiento que, por lo demás, era normal”, aseguró Robert Isom, CEO de American Airlines. “En este momento no sabemos por qué la aeronave militar entró en la trayectoria del avión”.

Si bien la causa del choque no ha trascendido ahora, se supo que las condiciones de vuelo eran claras mientras el avión en el que iban patinadores artísticos estadounidenses y rusos, sus entrenadores y familiares, que regresaban de un campamento luego del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico celebrado en Wichita, hacía un aterrizaje rutinario cuando el helicóptero se cruzó en su trayectoria.

El consejero delegado del Club de Patinaje de Boston, Doug Zeghibe, informó a la prensa que 14 de las víctimas estaban relacionadas con el campeonato, de las que seis pertenecían a su organización. “Seis es un número horrible para nosotros, pero tenemos suerte y estamos agradecidos de que no hayan sido más de seis”, indicó Zeghibe al explicar que su club envió a Wichita un total de 18 personas.

Zeghibe identificó a estas seis víctimas como los patinadores Jinna Han y Spencer Lane, de unos 15 o 16 años de edad; sus madres, Jin Han y Christine Lane; y los entrenadores rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov, que ganaron el título de parejas en el campeonato mundial de patinaje artístico de 1994 y compitieron dos veces en Juegos Olímpicos. El hijo de estos dos últimos, Maxim Naumov, compete actualmente por Estados Unidos.

A bordo del avión también iba la entrenadora Inna Voliánskaya, medallista de bronce en parejas en la antigua Unión Soviética, según informó la agencia rusa TASS.

Ahora, los investigadores intentan reconstruir los últimos momentos del avión antes de su colisión, incluido el contacto con los controladores de tráfico aéreo, así como la pérdida de altitud del avión comercial.

El secretario de Transporte, Sean Duffy, afirmó que el presidente Donald Trump, la Administración Federal de Aviación y el Departamento de Transporte no descansarán “hasta que tengamos respuestas para las familias y para el público viajero”.

“Deberían estar seguros de que cuando vuelan, lo hacen sin riesgos”, añadió Duffy, juramentado a principios de semana, antes de asegurar que “Estados Unidos todavía tiene el espacio aéreo más seguro”.

”Pudo haberse evitado”

No es infrecuente que una aeronave militar sobrevuele el río y que un avión aterrice en el aeropuerto, puntualizó Duffy al destacar que la noche era clara, el avión y el helicóptero seguían patrones de vuelo estándar y se produjo una comunicación convencional entre la aeronave y la torre de control.

El vuelo 5342 de American Airlines se dirigía hacia el Aeropuerto a una altitud de unos 121 metros (400 pies) con una velocidad de unos 225 kilómetros por hora (140 millas por hora) cuando sufrió una rápida pérdida de altitud sobre el río, según datos de su transpondedor de radio. Este jet bimotor Bombardier CRJ-701, fabricado en Canadá en 2004, podía llevar hasta 70 pasajeros.

Unos minutos antes del aterrizaje, los controladores de tráfico aéreo preguntaron al vuelo de American Airlines si podía aterrizar en la pista 33 del aeropuerto, que es más corta, y los pilotos aceptaron. Entonces, los controladores autorizaron el aterrizaje y la aeronave ajustó su aproximación a la nueva pista.

Por otro lado, menos de medio minuto antes del choque, un controlador le preguntó al helicóptero si tenía a la vista al avión y momentos después hizo otra llamada por radio: “PAT 25 pase detrás del CRJ”. Segundos después, ambas aeronaves chocaron. El transpondedor de radio del avión dejó de transmitir a unos 730 metros (2.400 pies) antes de la pista, aproximadamente en la mitad del río.

El ejército estadounidense precisó que el helicóptero Sikorsky H-60, con base en Fort Belvoir, Virginia, hacía un entrenamiento, lo que es habitual en aviones militares para familiarizarse con el congestionado y altamente restringido espacio aéreo que rodea la capital.

El más mortal en casi un cuarto de siglo

De confirmarse la muerte de todas las personas que iban a bordo del avión, este sería el accidente aéreo más mortal en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un vuelo de American Airlines se estrelló en una zona residencial de Belle Harbor, Nueva York, poco después de despegar, lo que provocó la muerte de las 260 personas a bordo.

El más reciente choque fatal de gran magnitud relacionado con una aerolínea comercial estadounidense ocurrió en 2009, cerca de Buffalo, Nueva York, cuando los 45 pasajeros, dos pilotos y dos asistentes de vuelo que iban a bordo del avión Bombardier DHC-8 fallecieron. Otra persona en tierra perdió la vida, lo que elevó a 50 el total de víctimas mortales.

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