La doctora Yara Díaz, directora del hospital Mártires del 9 de abril, de Sagua la Grande, dijo que la persona que ingresó con un caballo en el centro médico estaba borracho y que logró llegar hasta » el merendero» antes de ser detenido.
«Justo en esa zona fue detenido por el jefe del área de seguridad, quien sufrió amenaza de agresión, y el jefe de turno, y ellos con ayuda de algunos enfermeros consiguieron bajar del caballo a la persona, que según se aclara, estaba en un estado embriaguez serio y no en un shock hipoglucémico, como se comprobó tras ser atendido», dijo Díaz.
La especialista explicó que «el ciudadano fue conducido a la estación de policía y actualmente se encuentra bajo proceso jurídico penal».
Debido a la incursión del caballo y su dueño en el hospital nadie resultó herido, aseguró la funcionaria.
La especialista dijo que «esos actos de indisciplina atentan contra la dinámica de trabajo y principalmente la salud de los pacientes que acuden a la instalación » y añadió que ese hecho, o sea la violación a la seguridad por el ingreso del caballo «deben ser repudiados».
Este singular hecho alimentó las bromas de los internautas cubanos en redes sociales.
“¡Esa es la ambulancia!”, escribió una usuaria, entre emoticones de risa. Otra sugirió que el animal iba a mejorar la hemoglobina de los pacientes —probablemente ya esté en la cocina como “apoyo proteico”. Otros, más filosóficos, afirman que si al hospital entran «animales de dos patas», ¿por qué no uno de cuatro?.
Lo cierto es que en un país donde lo insólito es rutina, la única emergencia real parece ser la dignidad. La del caballo, que no pidió ser parte del show, y la de los pacientes, que ahora deben preguntarse si lo próximo será una consulta con el veterinario.
¿Quién sabe? Tal vez el caballo fue por sus análisis. Total, en este hospital, hasta eso puede pasar.
