El acceso a la leche en Cuba ha empeorado en las últimas semanas, al punto de que este mes en municipios de La Habana como Boyeros, a los niños menores de siete años le han vendido por la bodega apenas un litro de leche.
Según denunció desde el anonimato un residente del citado territorio a Cuballama Noticias, al hijo de su vecina, de dos años, le correspondió un litro de leche entera de marca Xoia, a punto de vencerse.
La caja de leche, producida en España, fue entregada esta semana a través de la libreta de abastecimiento a un precio subvencionado por el gobierno, pese a que vence el día 18 de este mismo mes, a juzgar por las fotografías que envió la misma fuente a este medio.
De acuerdo con lo que reportó este miércoles la página La Tijera, en provincias como Villa Clara la cuota de leche racionada para los niños se redujo incluso más, a solo medio litro per cápita.
En dicha provincia central, se comenzará a distribuir leche en polvo a los niños menores de seis meses; mientras que los de siete meses a un año recibirán medio litro de leche fluida.
Las autoridades han dejado claro que la política de distribución sigue siendo la misma: un litro de leche para cada niño, solo que actualmente no es posible cumplirla.
Al mismo tiempo, la leche destinada a los menores de hasta siete años, se distribuye de forma bastante irregular.
Hay que recordar que son múltiples los factores que hacen que la población no tenga acceso a productos lácteos, esenciales para la alimentación.
Por un lado, el acopio de leche en los campos se ha visto golpeado por los constantes apagones, ya que afectan tanto las plantas pasteurizadoras como los sistemas de conservación.
Asimismo, hay ganaderos a los que no desde hace meses no se les paga por la entrega de leche. Por ende, siguen prefiriendo venderle la leche al sector privado para la elaboración de queso y de yogurt.
También ha sido imposible garantizar un suministro de hasta cuatro litros mensuales para quienes tienen dietas médicas.
Tampoco puede cumplirse con la entrega de yogurt de soya, un producto destinado a los niños de siete a 14 años, es decir, aquellos que dejan de recibir leche a partir de los siete.
A duras penas se prioriza la entrega de leche en polvo para menores de un año, la cual es importada. Sin embargo, a finales de agosto pasado una madre cuestionó la calidad de la misma en bodegas de Santiago de Cuba, porque se hacía grumos al prepararla.
Hoy, la leche es uno de los productos más costosos en Cuba, por lo que muchos niños y ancianos en la isla no pueden consumir ni un vaso al día.
En febrero en varias provincias cubanas lo que se distribuyó fue una fórmula láctea, una alternativa que “no tiene la cantidad de proteína que debe tener la leche”.
Hay que recordar que en marzo pasado por primera vez el gobierno de la isla solicitó ayuda al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas para mantener la entrega de leche subsidiada a los menores de siete años.
En los últimos meses en múltiples ocasiones madres cubanas han expresado en redes sociales su desesperación ante la falta de leche para alimentar a sus hijos.
En un país donde el salario mínimo de un obrero es de 2.100 pesos, la mayoría no puede enfrentar la escasez pagando altos precios en el mercado informal por productos como el yogurt, cuyo litro ronda los 200.
En octubre de 2023 el gobierno insistió en que más de un millón de niños reciben a diario un litro de leche en Cuba.
Según la versión oficial, Cuba necesita alrededor de dos mil toneladas de leche en polvo mensuales para garantizar la canasta familiar normada de los menores, embarazadas, dietas y el consumo social.
En 2017 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo señaló que el país requiere de unos 1.600 millones de litros de leche al año, o su equivalente en otros lácteos. Entonces, la producción de lácteos en la isla representaba solo el 37% de esa cantidad.