Lo exoneraron tras 43 años preso injustamente. Pero la libertad le duró unos minutos, “gracias” a ICE.

Havana
algo de nubes
23.2 ° C
23.2 °
23.1 °
94 %
0.5kmh
20 %
Vie
29 °
Sáb
29 °
Dom
30 °
Lun
27 °
Mar
23 °

Subramanyam “Subu” Vedam salió por la puerta de Huntingdon State Correctional Institution la mañana del 3 de octubre con una certeza recién conquistada: un tribunal había vaciado su condena y el fiscal del condado de Centre había retirado el cargo de asesinato que lo mantuvo preso durante más de cuatro décadas. En lugar de abrazos, hubo traslado inmediato al Moshannon Valley Processing Center, un centro de detención de ICE en el centro de Pensilvania, recoge el Miami Herald.

“Subu”, 64 años, había repetido su inocencia desde 1982. Cuando por fin tocó la calle, no llegó a casa: agentes de inmigración lo esperaban con una orden de deportación emitida en los años ochenta. Su libertad fue apenas un corto paseo por un pasillo entre dos custodias.

La historia que lo devolvió a la vida civil es tan técnica como humana. En agosto, el juez Jonathan Grine determinó que la fiscalía había ocultado pruebas que socavaban la teoría del caso —entre ellas reportes que cuestionaban el calibre del proyectil atribuido al arma nunca hallada—, una violación de debido proceso suficiente para echar abajo el veredicto. Un mes después, el fiscal Bernie Cantorna desistió de un nuevo juicio: después de cuarenta y tres años, sería imposible y también injusto. Vedam se convirtía así, en el exonerado con más tiempo de prisión en la historia de Pensilvania, señala el Centre Daily Times.

El paso de la libertad a otro encierro abrió una nueva batalla. ICE justificó la detención en una “orden de remoción vigente” y en una condena por drogas de cuando Subu era un joven de 19 años, anterior al caso de homicidio, argumento que la agencia resume con una etiqueta dura: “delincuente habitual”.

Horas antes grupos de activistas promovían una especie de «recibimiento» tras su salida de prisión, según las imágenes vistas.

Afuera, quienes lo esperaban con carteles y comida tuvieron que cambiar in situ, el plan por comunicados y peticiones para que fuese, una vez más, liberado.

Para la defensa y su familia, la lectura que le ha dado ICE a su caso, ignora el contexto y el daño acumulado: el Estado lo mantuvo preso por un crimen que no cometió y, al corregir la injusticia, reactiva un destierro a un país que no conoce. Nacido en India y llegado a Estados Unidos con nueve meses de nacido, toda su vida, sus vínculos y su comunidad están aquí, recoge el Herald, desde Miami.

En un sitio web creado para apoyar su causa, la familia explicó que ya solicitaron reabrir el caso migratorio y presentaron una moción para frenar la deportación mientras se analiza el fondo. El gobierno tiene plazo hasta el 24 de octubre para responder. No es solo una pelea de tecnicismos: su sobrina, Zoë Miller Vedam, describe a un hombre que convirtió la prisión en aula y refugio, que ayudó a otros a graduarse, que obtuvo títulos por correspondencia y se sostuvo en la convicción de que un día saldría de allí sin rencor hacia sus captores.

Estos, ahora «disfrazados» con el uniforme de ICE, lo volvieron a meter tras las rejas.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+