Vuelve otra vez Julita Osendi a denunciar el derrumbe inminente del edificio conocido como «La Milagrosa», en el Cerro.
La destacada figura de la prensa en Cuba, y leyenda entre los periodistas deportivos, Julita Osendi, otra vez saltó a las redes para denunciar ¡una vez más! el inminente derrumbe de un edificio frente a su casa, que si nos guiásemos por las veces que Julita lo ha denunciado en las redes sociales, es el padre de todos los derrumbes en el país.
¿Cuántas veces ha denunciado Julita Osendi este derrumbe en específico? Probablemente ni ella misma lo sepa o lleve o pueda llevar la cuenta. Y no es que Julita Osendi sea empecinada -que sin dudas lo es, y bastante- sino que un derrumbe no es cosa menor. Un balcón, tan solo un balcón que se derrumbó en La Habana Vieja, acabó con la vida de tres niñas inocentes que jugaban debajo de él sin presagiar el peligro que se les venía encima.
Una cornisa de yeso y dos ladrillos acabó con la vida de Ángela, señora que ni siquiera salía de su casa, allá en Cienfuegos, en los lejanos años 80, pero que tuvo la mala fortuna de pararse un día en la puerta y recibir dos ladrillazos caídos desde una altura de cuando más dos metros.
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Apunto estas dos historias, una muy conocida, otra no tanto, para ilustrar el miedo en el que vive Julita Osendi con un derrumbe que está a punto de tener lugar frente a su casa, sabe Dios desde hace cuánto tiempo, y que si no ha ocurrido es por obra y gracia del Altísimo, porque las condiciones están creadas ¡hace rato! para que la edificación se venga abajo.
La propia Julita se ha encargado de tramitar el asunto a todos los niveles y, hasta ahora, las soluciones no han aparecido.
Ahora, dice la jubilada periodista, «un pronosticado derrumbe parcial (…) puso en peligro la vida de los vecinos que aún habitan en la planta baja».
«Puso en peligro», pero pudo haberse llevado la vida de todos.
Tal vez, y me remito a la experiencia y los años, la solución aparezca como todas las soluciones que involucran un derrumbe en el país. De hecho la «solución» no es tal. No ha sucedido. Me refiero a esos dirigentes del Gobierno y del Partido que se trasladaron hacia el lugar del derrumbe y que a menudo «aparecen» cuando el derrumbe ya ocurrió, y cuando hay uno, dos, o varios muertos.
Así ha sucedido durante años. Cientos de quejas y avisos sobre presuntos derrumbes han inundado los buróes y las gavetas de decenas de funcionarios de Vivienda, el gobierno y el Partido sin que la solución haya aparecido. Todos, absolutamente todos, parecen muy lejanos al problema; se escudan en problemas de logística o el «bloqueo» y no aparece la demolición controlada. Luego, cuando el edificio se viene abajo por el deterioro lógico de su estructura, y termina con la vida de algún cubano, ¿de qué sirven las coronas de flores del gobierno y del Partido?
PD: al momento de culminar esta nota, Julita Osendi había borrado el post donde denunciaba el hecho. Las fotos de la galería aquí debajo pertenecen a Julita Osendi, y fueron publicadas en un trabajo aparecido en el año 2020 en Cibercuba Noticias.
