La joven cubana Marlys Ruiz insiste en exponer en redes sociales las dificultades que enfrentan los discapacitados en la isla.
Ruiz, que lleva años en silla de ruedas, considera que vivir con una discapacidad en la isla es “todo un reto” porque a las personas como ella “no se nos toma en cuenta para nada”.
En palabras de la estudiante universitaria, que reside en el municipio especial de Isla de la Juventud y cuenta con casi 33 mil seguidores en Instagram, en Cuba “alardean de ser inclusivos, pero a la hora de la verdad solo escucho excusas”.
“Sobrevivo cada día en un país sin accesibilidad, lleno de barreras arquitectónicas; que me hace sentir excluida de la sociedad; que no me deja ser independiente; que me demuestra que el mundo no está hecho para personas como yo y que tengo que adaptarme yo a pasar trabajo para poder vivir normalmente”, explica Ruiz, de 21 años.
“Mi familia y yo hemos tenido que luchar demasiado para cosas tan simples como acceder a una educación como lo hace todo el mundo”, ejemplifica al referirse a las “millones de cosas que influyen mucho en el desarrollo de mi vida y en mi salud mental”.
“Espero algún día lograr hacer algo por toda la comunidad disca en Cuba, Latinoamérica, o donde sea. No quiero seguir conformándome. Quiero hacer un cambio y sé que toma tiempo y esfuerzo, pero lo haré”, afirma determinada a marcar una diferencia a favor de los discapacitados.
“Ayúdame compartiendo, interactuando o siguiéndome para que esto llegue a las personas correctas”, pide la influencer pinera a quienes ven su contenido.
En algunos de sus amenos videos, ha aclarado que no puede caminar debido a una polineuropatía congénita desmielinizante, una enfermedad neuromuscular que hace que los músculos sean más pequeños y más débiles; y cómo eso no le impide asistir todos los días a la escuela o ser feliz.
