«Cuatro calabazas» -muy buenas para las canillas, por cierto; «cuatro ristras de ajo»; «cuatro manos de plátano»; y alguna que otra bobería, insuficientes para alimentar a un territorio donde viven 84 mil personas, es la variedad a la que hizo alusión en su perfil de Facebook la periodista Jessica Padrón, y que exhibía un mercado agropecuario de la Isla de la Juventud
En honor a la verdad no hay variedad ninguna en el mercado de Los Caneyes. No hay que ser muy experto en alimentos y en cocina, para darse cuenta uno de que lo exhibido en las tarimas es ridículo en cualquier lugar del Macondo cubano, e insuficiente para los habitantes de la Isla de la Juventud. Y es que estamos hablando de Nueva Gerona, donde vive un poco más de la mitad de todos los pobladores que tiene el Municipio Especial: 45 mil.
Sin embargo, la variedad a la que alude la periodista cubana Jéssica Padrón Rodríguez puede estar relacionada con el hecho de intentar vender la idea de que, tras el paso del huracán Ida por el territorio pinero… ¡hay alimentos! Aunque exhiban «cuatro calabazas» como prueba de la cantidad. O que exhiban además «cuatro ristas de ajo», y «cuatro manos de platános», para dar fe de la variedad.
El mercado Los Caneyes, ubicado en la ciudad Nueva Gerona (Isla de la Juventud) precisamente no es de los que se muestran abastecidos casi nunca; por más que ahí se vea, además de lo ya dicho, «cuatro aguacates» y «cuatro melones».
Los Caneyes, junto a El Bosque, conforman los dos mercados estatales que tiene Nueva Gerona. Es allí donde los habitantes de Gerona compran en su inmensa mayoría los alimentos, pero al decir de varias fuentes consultadas para esta nota, hay más hambre que necesidad. «Y de toda una vida», acota un residente en Gerona, trabajador de Cayo Largo del Sur.
La Isla de la Juventud recientemente fue azotada por los vientos del huracán Ida, que cuando pasó por su zona geográfica era apenas una tormenta.
Esta Isla de la Juventud con «variedad» de alimentos que se exhibe en el muro de la periodista, nada tiene que ver con aquella que en los años 80´e incluso, varios años después del 90´, mostraba el territorio a sus visitantes.
La Isla de la Juventud exhibía con orgullo a toda la nación, años ha, el autoabastecimiento como uno de sus fortalezas. En un país donde el huevo siempre ha estado por la libreta, en la isla se podía comprar por cartones.
Ya todo eso ha pasado «a mejor vida», por más que Jessica Padrón nos quiera vender la variedad de Los Caneyes, que sin ánimos de ofender a la joven periodista, ella de variedad alimentaria no debe conocer absolutamente nada.
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