La Primera Secretaria de la UJC en Cuba es la heredera espiritual de la metralleta oratoria
Cuba tiene ahora una nueva campeona del discurso-carrusel. Y mientras ella “exporta estrategias” y “agota retos” en nombre del futuro socialista, la juventud cubana sigue emigrando, frustrada y desconectada de una organización que no logra ni articular sus ideas.
En Cuba, donde la política y la tragicomedia suelen darse la mano, acaba de aparecer en video una nueva estrella en el firmamento del discurso ininteligible y el verbo galopante: Meyvis Estévez Echevarría, la flamante Primera Secretaria Nacional de la UJC.
A sus 32 años, esta joven licenciada en Derecho y revolucionaria de pura cepa ha demostrado que el don de disparar palabras sin piedad y sin sentido no murió con Hasán Pérez Casabona, alias “la metralleta habladora”, sino que ella lo ha heredado. ¿Será que acaso son hermanos «de lengua»?
Porque sí, Hasán, ese mítico personaje de la política cubana que soltaba discursos como si se le acabara el mundo, tiene una digna sucesora. Solo que Meyvis, además de hablar sin respirar, ha perfeccionado el arte de decir mucho sin decir absolutamente nada. Su última intervención, una especie de performance en forma de torbellino semántico, dejó a más de uno preguntándose si la reunión era política o un experimento de resistencia auditiva.
El fragmento que lo confirma todo
Transcribamos, con paciencia quirúrgica, una de las más recientes joyas de la 1ra Secretaria de la UJC en Cuba, heredera no solo de Hasán, sino también de los explotados Luis Orlando Domínguez, Robertico Robaina, Carlos Lage, Victoria Velázquez, entre otros tantos:
“Acabamos de tener un encuentro con nuestro presidente y primer secretario del partido comunista de Cuba. Y realmente lo agradecemos, el poder transmitirles en lo que hemos estado trabajando, es que concluyó el 12 Congreso en la actualización sobre todo de la estrategia para exportar el papel de la organización en el presente de futuro…”
Y sigue. Sí, sigue. Durante más de un minuto, Meyvis repasa lo que parece ser una lista de tareas, estrategias, cuadros, batallas económicas, retos comunicacionales y hasta “la defensa de las patias”, todo esto sin una gota de agua ni una pausa que permita asimilar algo. Una mezcla entre trabalenguas revolucionario y meditación caótica que haría sonrojar al mismísimo Cantinflas.
Palabras como «retos y desafíos», «frentes de trabajo», «actualización de las estrategias», «política de cuadros», «Comité de Basé», «contexto actual», «labor ideológica», «retos», «comunicación» y otras se entendieron, sí, pero mezcladas a lo Bloody Mary donde resaltó al final que, La defensa de la Patria es el deber más sagrado de cada cubano».
Y ahí parecía que terminaba, pero no; de inmediato le enganchó una oración «condicional» y cerró diciendo que «los jóvenes tienen que ser protagonistas, de igual manera, en la batalla económica y en todas las tareas de impacto social en las que vamos a estar trabajando.»
«los jóvenes tienen que ser protagonistas, de igual manera, en la batalla económica y en todas las tareas de impacto social en las que vamos a estar trabajando.»
¿Los jóvenes? Mmmm. Meyvis parece que no está viendo el panorama migratorio actual y el envejecimiento poblacional en Cuba. O no quiere enterarse. Será que acaso… ¿Habla en código?
Valórelo por Ud. mismo.
Quizá todo esto sea parte de una nueva estrategia: hablar tan enredadamente que nadie pueda cuestionar lo que se dijo… porque simplemente no se entendió. El mensaje parece ser claro: si no puedes resolver los problemas del país, al menos confunde al oyente lo suficiente para que se olvide de ellos. Y es que en un país donde la realidad duele, la confusión puede ser analgésico. Nadie puede decir que la UJC no está trabajando, si no hay quien descifre en qué.
Nada mal, para quien asegura que Díaz-Canel es «un amigo, un maestro. Una persona que vemos a diario, y que peina canas que son fiel reflejo de su experiencia y esfuerzo,» como recientemente señaló en un post publicado en Facebook.
De Hasán a Meyvis: la dinastía del «bla bla bla»
El caso de Estévez Echevarría no es un accidente. Es el resultado lógico de un sistema que premia la lealtad y la labia antes que la claridad o el pensamiento crítico. Hasán Pérez hablaba rápido, sí, pero Meyvis, no está tan distante.
¿Será que existe una escuela secreta de formación de oradores «mecanoparlantes»? ¿Un laboratorio donde se entrena a los futuros dirigentes para soltar oraciones subordinadas hasta el infinito?
Sea como sea, Cuba tiene ahora una nueva campeona del discurso-carrusel. Y mientras ella “exporta estrategias” y “agota retos” en nombre del futuro socialista, la juventud cubana sigue emigrando, frustrada y desconectada de una organización que no logra ni articular sus ideas.
Pero no importa. Al menos ahora tienen quien les hable… aunque no se entienda nada.
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