El presidente ruso Vladimir Putin habría salido del Kremlin hacia la región de Tver, donde tiene su residencia mientras llamó traidor al grupo paramilitar Wagner, bajo el mando de su amigo Yevgueni Prigozhin, quien lidera desde el viernes un amotinamiento contra el ministro de Defensa y el Jefe del Ejército regular del país euroasiático.
El oligarca y jefe del grupo mercenario emprendió una marcha con miles de combatientes hacia Moscú para, según dijo, hacer pagar a los generales que engañaron a Putin y lo llevaron a una guerra injustificada en Ucrania.
En un mensaje transmitido en la televisión rusa, el mandatario dijo que su país “está librando hoy una ardua batalla por su futuro, está repeliendo una agresión de los neonazis y sus amos”, en la que se requiere “la unión de todas las fuerzas, unidad, consolidación y responsabilidad”.
“Por ello, las acciones que dividen nuestra unidad son, en esencia, una apostasía de nuestro pueblo, de nuestros compañeros de armas que están luchando ahora en el frente. Es una puñalada en la espalda a nuestro país y a nuestro pueblo”, expresó el presidente, en referencia a las acciones de Prigozhin y su ejército de mercenarios, que horas antes habían tomado la ciudad rusa de Rostov del Don, sin encontrar resistencia.
Putin aseguró que “la ambición desmedida y el interés personal condujeron a la traición” de las tropas rebeldes.
“Traición a su país, a su pueblo y a la causa por la que lucharon y dieron sus vidas los combatientes y comandantes del Grupo Wagner junto a nuestras otras unidades.
“Los héroes que liberaron Soledar y Artiómovsk, ciudades y pueblos del Donbás, lucharon y dieron su vida por Novorossiya, por la unidad del mundo ruso”, expresó el gobernante ruso, quien prometió un “castigo inevitable” para los soldados amotinados.
De acuerdo con varios medios, las fuerzas militares de la ciudad de Moscú se encuentran movilizadas a la espera de la llegada de un convoy de Wagner, que continúa su avance hacia la capital.
