Frida Sofía, hija de la cantante Alejandra Guzmán, vuelve a ser titular de noticia. Esta vez la joven de 29 años acaparó la atención de los medios tras ser arrestada recién en la ciudad de Miami, presuntamente por alterar el orden público en un restaurante.
A la modelo e influencer también se le impuso un segundo cargo: oponer resistencia al arresto. Luego de pagar una fianza de casi 1500 dólares fue puesta en libertad y pudo contar algo de lo sucedido a los periodistas presentes en las afueras del centro donde estuvo detenida, aunque no abundó en los detalles.
Según parte de lo que declaró la mexicana, tuvo un enfrentamiento con la manager del inmueble, que derivó en que luego fuera sacada del lugar por los guardias de seguridad, un trato del que ella se quejó mientras dio la entrevista a la prensa.
«Fue todo muy simple, a la manager no le caí muy bien y me quisieron sacar, pero me sacaron muy feo», dijo señalando a marcas que tenía en sus brazos debido al forcejeo con los encargados de la seguridad del restaurante.
«Dijeron que era porque yo me había robado un agua», agregó.
En su intercambio con los periodistas Frida además lamentó las condiciones de la cárcel a donde fue conducida, y que al salir nadie de su familia o un ser querido cercano estuviera esperado por ella.
«Para que vean que la fama y el glamour no es todo en mi vida, y no es como la pintan», dijo.
Este incidente se suma a un listado de enfrentamientos que Frida Sofía ha sostenido con varios miembros de su familia, que incluso han terminado en la corte. El más reciente de ellos fue la demanda que interpuso a su abuelo Enrique Guzmán, y a su madre por presuntos delitos de abuso sexual, violencia familiar y corrupción de menores.
En su momento todo un escándalo, el proceso lleva estancado desde octubre del año pasado, pues no se encontraron elementos suficientes para darle continuidad.
Guzmán también había levantado una querella contra su nieta por difamación, aunque tiempo después dijo que ya no seguiría adelante con el proceso.
