El locutor cubano Frank Abel volvió a sacudir las redes, esta vez por un anuncio que dejó a muchos boquiabiertos. En una llamada telefónica con Fernan y Destino Positivo, el comunicador confirmó que en diciembre pasará por el altar con una joven santiaguera de 28 años llamada Roxana, oriunda de Palma Soriano. La noticia, inesperada incluso para algunos de sus seguidores más fieles, abrió un torrente de comentarios, dudas y celebraciones.
Apenas llevan poco más de un mes juntos, pero Frank Abel asegura que la decisión llega después de un camino emocional intenso. El propio locutor compartió fotos con el programa donde aparece junto a Roxana, ambos muy cariñosos, como para despejar cualquier sospecha de que se trataba de una simple broma o exageración mediática.
“En el mes de diciembre contraigo matrimonio con mi esposa Roxana”, declaró con firmeza durante la llamada. Luego explicó que, tras varios tropiezos sentimentales, sintió que era momento de apostar otra vez por algo estable. “Yo decidí, después de algunos sinsabores, de algunas cosas sentimentales que han sucedido en mi vida, yo decidí a raíz del éxito que siempre he tenido con el género femenino, asumir una relación con una muchacha”.
Detrás de esa decisión, dice él, hay vulnerabilidad, pero también ganas de sentirse acompañado. “A veces, cuando uno se siente mal y está vulnerable, viene gente… Es una muchacha que me ha atendido bien, y no es mi primera experiencia, yo tuve una esposa en Cuba, tuve una novia en la adolescencia… Esta chica me trata bien, me respeta. Todo se fue dando y, realmente, no me siento incómodo, y espero que surja algo un poco más fuerte”.
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Su manera tan frontal de hablar de su orientación sexual y de su pasado también dio mucho de qué hablar. “Yo no tengo nada que esconder, soy una persona muy realizada… No es mi primera experiencia heterosexual”, comentó.
Sobre Roxana, no escatimó elogios. “Mi esposa tiene muy buena figura, tiene 10 años menos que yo, la conocí aquí [en Estados Unidos]. Ella también salió de una relación tormentosa […] Quise experimentar lo que ya hice años atrás, siempre me ha ido mejor con las mujeres que con los hombres”.
Como era de esperar, la noticia provocó un abanico de reacciones. Hay quien celebra que el locutor afirme estar viviendo un buen momento personal; otros lo escuchan con cautela, y algunos siguen mostrando escepticismo ante la rapidez con la que surgió esta nueva relación. Esa mezcla de asombro y juicio colectivo es parte del fenómeno que siempre ha rodeado a Frank Abel, una figura mediática acostumbrada a estar en el centro de la conversación.
En medio del revuelo por su boda, el locutor también se tomó unos minutos para desmentir los rumores que circularon esta semana sobre un supuesto arresto por ICE y negó rotundamente haber tenido algún problema con las autoridades migratorias. Aclaró que no ha cometido ningún delito que pueda conducir a una deportación y pidió no dar crédito a chismes infundados.
La llamada dejó mucho más que el anuncio de una boda cercana. Abrió una ventana a un Frank Abel que, lejos de esconderse, parece empeñado en mostrarse tal cual es, con sus contradicciones, sus impulsos y sus ganas de recomenzar. Y quizá ahí está lo que genera tanto debate: en un mundo donde todo se cuestiona, él sigue apostando por vivir a su ritmo, aunque eso implique volver a lanzarse al vacío.
