Verónica «Pañuelos Rojos» Medina Padrón, una actriz de teatro a menudo exhaltada por sus vínculos con el oficialismo cubano, a través de su defensa de la Patria y el proceso, de la Revolución y Fidel – y Díaz-Canel y Raúl – explotó de la manera en que un revolucionario no debería: en Facebook.
Tras 20 días sin que le entrara una gota de agua a su casa, la cuota asignada para el mes de Revolución a Verónica Medina se agotó y la joven salió a la manigua cibernética, machete en la mano, arremetiendo contra la falta del preciado líquido en su vivienda que, sospechamos, la hizo incurrir en tres «delitos»: no bañarse, no descargar la taza del baño y no fregar los platos.
A esos tres pudiéramos sumar otros dos: no lavar la ropa y no limpiar la casa.
La joven, quien en algún momento se ha definido o la han definido como «comunista» y quien pertenece a la «vanguardia» de los llamados «Pañuelos Rojos», acudió a las redes sociales a quejarse no solo de la difícil situación con el abasto de agua en su localidad, sino también de la figura del delegado, esa figura creada por la Revolución para servir de primer muro de contención contra las quejas del pueblo.
“En mi casa hace más de 20 días que no entra el agua. Viene el delegado y te dice con tremenda tranquilidad que hoy se puso el agua pero que a nosotros no va a llegar. Me quedo esperando que diga cuál es la alternativa. Pero no la dice: tengo que salvarme como pueda, me imagino que piense. Pero yo no puedo. Ni vivo cerca de un río, ni tengo poso (sic) ni nada”, se quejó la cubana.
Luego continuó:
«Llevar a la gente al punto de la protesta es una responsabilidad política. No se juega con las cosas sensibles de la vida. Esto es una falta de respeto. Yo entiendo la carencia y que las turbinas no funcionen pero me empin…a qué nisiquiera (sic) se piense en que hay que buscar una alternativa porque lo que no puede ser es que el pueblo no tenga agua. Sin agua no se puede vivir”.
Este mismo problema de la falta de agua, pero con una protesta en la calle con un cartel, llevó al activista conocido conocido como Cristiano Jerusalem a conocer los calabozos en la Unidad Policial de la Habana Vieja hace menos de un mes.
Verónica, que optó por la protesta cibernética, seguramente recibió un regaño desde las altas esferas, tal vez del Ministerio de Cultura, pues los hashtags que utilizó fueron bastante llamativos.
Tanto como su post, que lógicamente, y debido a su figura y lo que ella representa, causó varias reacciones muchas de ellas irónicas, otras de risa.
Para muchos, ver cómo incluso los más fieles seguidores del gobierno terminan quejándose de las condiciones insalubres de vida en Cuba, es la muestra más representativa del fracaso del llamado «proceso», de la «continuidad» y de «los logros» que tanto Verónica Medina Padrón como muchos otros intentan promulgar donde quiera que se presenten.
El grupo de Los Pañuelos Rojos una alternativa que fue creada por el régimen para contrarrestar el movimiento popular de San Isidro luego de las protestas del 11 julio.
Verónica es una de las tantas revolucionarias «ciberclarias» que atacó en las redes sociales y a través del grupo de Telegram conocido como «La Manigua», a la joven Amelia Calzadilla, cuando esta se quejó, cibernéticamente igual, por la falta de gas en su casa para cocinar y lo elevada de la tarifa eléctrica.
Como bien dice el refrán: donde las dan, las toman.
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