El trovador cubano Fernando Bécquer apeló la sentencia de cinco años de libertad limitada que le impusieron los tribunales en octubre, después de que más de 30 mujeres lo acusaran por abuso sexual.
La noticia la dio el martes una de las demandantes, Claudia Expósito, en una publicación de Facebook donde manifestó que se sentía asqueada por lo que implica que se retome el proceso legal: la revictimización de las denunciantes y sobrevivientes.
A partir de una nueva experiencia de acoso que vivió en La Habana, Expósito vuelve a exigir a las autoridades de Cuba una Ley Integral de Género que proteja la integridad y escuche las demandas de todas mujeres violentadas.
“Estoy sentada, esperando a mi amigo en la escalera, tratando de que no se conviertan en coágulos esas sensaciones, que corran por mi cuerpo, por mi existencia toda y salgan disparadas sin dañar mis órganos, mi espíritu”, escribió.
Expósito pudo capturar y compartió el intercambio misógino de varios hombres sobre cómo se sienten amparados por el deficiente sistema político y judicial cubano, si se trata de acosar con plena libertad a niñas y mujeres.
“Uno explica detalladamente que se queda, que por muy mal que estén las cosas él aquí puede hacer lo que quiere.
— ¿En qué país puedo acostarme con niñas? ¡En otro lugar uno se busca un lío! Aquí es donde único uno puede, sin que le pase nada.
— Y baraticas— Acota la otra voz masculina
— Por nada… si están que se regalan!”, narró Expósito.
La sobreviviente de Bécquer insistió en que las mujeres cubanas no pueden “seguir esperando” por una ley que salvaguarde sus derechos. “No podemos no darnos cuenta de que el problema es grave, ¡muy grave!”.
“¡Por una ley contra la violencia de género YA!”, concluyó.
A finales del mes pasado, incluso después de que fuera ratificada su condena, Fernando Bécquer se convirtió en noticia otra vez, cuando fue captado caminando libremente por las calles de su barrio, en el capitalino Vedado.
“Hoy el puerco de Bécquer, abusador de más de 30 mujeres y sentenciado (según la dictadura) a 5 años de prisión domiciliaria, se pasea por las calles del Vedado como si nada hubiera pasado…”, dijo el activista Adelth Bonne Gamboa en sus redes sociales.
Activistas cubanas, como las que forman parte de la red de ayuda Yo Sí Te Creo en Cuba, manifestaron desde el primer momento su inconformidad con la sanción que recibió el trovador:
“La limitación de libertad como sanción subsidiaria de la privación de libertad, es excesivamente benigna, al punto de contemplar la posibilidad de cancelar los antecedentes penales una vez cumplida la misma. Y así viene sucediendo desde hace años en casos de abusos lascivos hasta contra niñas, niños y adolescentes, bajo el silencio de esta institucionalidad disfuncional. Vergüenza, mil veces vergüenza”, expresó la plataforma en un comunicado.
