Una familia cubana en Panamá cumplió unas tres semanas varada en una sala de espera del principal aeropuerto de esa nación, con temor de ser devueltos a la isla.
En una dura situación, una familia cubana en Panamá cumplió tres semanas en una sala de espera del aeropuerto de Tocumen, en donde hicieron un pedido de refugio para no tener que regresar a la Mayor de Las Antillas.
Un reporte de AP indica que llevan ya un tiempo bastante prolongado en una sala del aeropuerto, “en un limbo que los tiene al borde de ser enviados contra su voluntad a la isla de donde migraron hace dos años, tras un complicado paseo a México”.
Allí han sobrevivido durante estos días sin ninguna privacidad los García González, observados de cerca por oficiales de migración, rodeados por sus maletas, sus sandalias y zapatillas.
Aunque las autoridades de Migración Panamá les brindan un buen trato y les brindan productos para comer -como han informado antes en sus redes sociales las autoridades- les han dicho que no pueden entrar al país.
“En este momento, los isleños se encuentran en una sala de espera de la aerolínea Copa, donde se les ha dado de comer, se les permite usar el teléfono y otras facilidades; pero Panamá no puede admitirlos porque no tienen residencia en el país, no tienen visa para ingresar a territorio nacional, ni tenían a Panamá como destino final. Hasta tanto acepten ser devueltos a Cuba, se mantendrán en la principal terminal aérea panameña”, explicaron en Facebook el pasado 26 de junio.
Esta familia cubana en Panamá vive un calvario desde hace semanas, cuando fueron a Cancún, en un viaje pagado por parientes que tienen en Estados Unidos.
«Era nuestro 16 aniversario de bodas y fue el regalo que nos hicieron para estar juntos ahí, pero México nos inadmite por ser posibles migrantes”, dijo al medio Ilyu González, quien salió de Cuba hace dos años con su familia y se instaló en Surinam.
Al ser rechazados, tenían que volver a Surinam -en donde cuentan que tienen residencia- e hicieron un tránsito en Panamá. Pero al ser suspendidos los vuelos hacia la primera nación, aguardaron seis días, e intentaron volver por Guyana, en donde también los rechazaron.
Cuando volvieron al país del Canal, el personal de la aerolínea les dijo que los iban a mandar a su país de nacimiento, de donde afirman que salieron tras ser hostigados por ser Testigos de Jehová, sostienen.
Según Migración Panamá, el motivo de la no aceptación en México fue por portar visas falsas de la Unión Europea e Italia, algo que ellos explican que nunca se les dijo, aunque no descartan que los hayan engañados en Surinam en el momento de los trámites.
La familia cubana en Panamá pidió asilo a la Oficina Nacional para la Atención de los Refugiados, la cual determinó que no aplican para el estatus de refugiados, ya que no tienen la característica de ser perseguidos.
“Al enterarse de su caso, el abogado Gustavo Peralta, de la ONG Centro de Asistencia Legal Popular, le extendió su ayuda para apelar. Pero necesitaba un poder para representarla, documento que Ilyu no podía firmar porque no puede salir de la zona de tránsito del aeropuerto. Esther, hermana de Ilyu, debió viajar desde Estados Unidos -donde reside- y llevar los poderes para que Ilyu los firme a hurtadillas en el baño del área de tránsito. Luego Esther los llevó hasta el abogado. El asunto está ahora en tribunales”, refiere AP.
«Si nos permiten regresar a Surinam, regresaremos a Surinam, pero para Cuba si no queremos volver. Ese es nuestro objetivo: para Cuba, no», afirmó Sergio García, esposo de Ilyu.
