Falleció el pintor cubano Waldo Díaz-Balart, excuñado de Fidel Castro y amigo íntimo de Andy Warhol

El pintor cubano Waldo Díaz-Balart, un reconocido maestro del arte geométrico y excuñado del fallecido mandatario Fidel Castro, murió el miércoles en Madrid a pocos días de cumplir 94 años. Más allá de su trayectoria artística, Díaz-Balart fue una figura con conexiones relevantes en la historia de Cuba. Su hermana, Mirta Díaz-Balart, fue la primera esposa de Castro, y su sobrino, Mario Díaz-Balart, es congresista de Estados Unidos.

“Él se presentaba sencillamente como Waldo. Pero cuando me presentaron a Waldo Balart me dijeron: ‘Este es el cuñado de Fidel Castro y fue amigo íntimo de Andy Warhol’”, escribió la periodista española Lucía Etxebarria en un sentido obituario para el periódico The Objective.

Nacido en Banes en 1931, Waldo Balart se formó en Economía en La Habana, donde coincidió con Fidel Castro durante sus años de universidad. El vínculo entre ambos se estrechó aún más cuando Mirta, su hermana, y Fidel contrajeron matrimonio. Sin embargo, con el triunfo de la Revolución y la separación de la pareja, la relación se volvió tensa. Ante advertencias de represalias por parte del propio Raúl Castro, Waldo decidió abandonar Cuba de manera inmediata, instalándose en Nueva York.

Una vez en Estados Unidos, dejó atrás la economía para entregarse por completo a la pintura. Su obra se inscribió dentro del arte geométrico, caracterizado por la exploración del color y la luz en estructuras precisas. Durante su estancia en Nueva York, Díaz-Balart se relacionó con figuras del movimiento pop, incluido Andy Warhol, con quien tuvo una amistad particular, aunque también describió al artista como alguien difícil de leer. Su arte fue reconocido internacionalmente y llegó a exponerse en prestigiosos museos como el MoMA.

A partir de la década de 1970, decidió establecerse en Madrid, concretamente en Lavapiés, donde continuó con su trabajo artístico hasta sus últimos días. A pesar de la distancia con Cuba, Díaz-Balart nunca dejó de seguir los acontecimientos relacionados con su familia. En particular, expresó dudas sobre la versión oficial del suicidio de su sobrino.

“Muchas veces me contó la historia de su sobrino Fidelito, el primogénito de Fidel y Mirta. Según el régimen cubano, Fidelito se suicidó. Waldo siempre supo que a Fidelito lo habían asesinado. Siempre me dijo que una espina que llevaba clavada era la de que esta verdad no se contara, que no hubiera una novela o una película sobre el tema. Se la estoy contando yo aquí a ustedes. Quizá alguien retome el testigo”, agregó Etxebarria en su obituario.