Una embarcación con 179 migrantes haitianos, de ellos 31 menores de edad, recaló a inicios de esta semana en las costas de Cayo Francés al norte de la provincia cubana de Villa Clara, informaron medios estatales cubanos.
Desde las primeras horas de este martes, brigadas de la Cruz Roja en ese territorio procedieron a brindar atención medica y ayuda humanitaria a los emigrantes, que se dirigían a Estados Unidos, declaró el director de la organización internacional en la central provincia, Miguel Ángel Fernández.
Tras cumplir con el protocolo establecido para este tipo de situaciones, el grupo de haitianos fue trasladado hacia un establecimiento en las afueras de Santa Clara donde permanecerán hasta que se tramite su repatriación, indica un reporte del periódico Vanguardia.
A inicios de este mes un grupo de 842 migrantes haitianos recaló por la misma zona del territorio cubano y días después fueron devueltos a su país.
Según las autoridades cubanas, a los migrantes se les garantiza la atención sanitaria, la alimentación y las condiciones de alojamiento hasta que se concrete el retorno “seguro y voluntario” a sus naciones de origen.
En febrero de este año una patera en la que viajaban 292 persona procedentes de Haití fue a parar a la costa norte de la provincia Ciego de Ávila, tras cinco días en el mar.
Meses antes, en octubre de 2021, otras dos embarcaciones con 421 y 183 haitianos terminaron en las provincias de Guantánamo y Camagüey, respectivamente.
De acuerdo con cifras oficiales ofrecidas anteriormente por las autoridades cubanas, en los últimos 20 años la cifra de haitianos que han llegado a la mayor isla antillana mientras intentaban migrar de forma ilegal a Estados Unidos ya superaría los 5.000.
Haití, uno de los países más pobres del hemisferio occidental, experimenta una grave crisis de violencia e ingobernabilidad, sobre todo después del asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio pasado.
Varias instituciones pertenecientes a la Organización de Naciones Unidas alertan que el hambre en esa nación caribeña aumenta de manera incesante a causa de la inseguridad, la inflación y los desastres naturales.
