Aún no está muy claro cuál será el destino de las zapatillas de Mijaín López que se robaron el show la noche parisina cuando el gigante de ébano se las quitó, las besó y las colocó en el centro del tapiz del Campo de Marte Arena como señal de despedida tras ganar su quinto oro olímpico sucesivo.
Mucha gente se preocupó por la suerte de los famosos botines con tanta gente en el auditorio y seguramente entre la muchedumbre más de un «cazamedallas» de los que han comprado «metales preciosos» cubanos para después quintuplicar sus precios en subastas de objetos olímpicos.
Este martes el veterano periodista deportivo cubano Miguel Hernández publicó en sus redes sociales declaraciones de un experto del Museo Olímpico del Comité Olímpico Internacional en las que anunciaba que los célebres zapatos de López, que cumplió 42 años este martes 20 de agosto, tendrían como rumbo esa instalación creada en Lausana, Suiza, desde 1993.
«Según nuestra información recibiremos las zapatillas y el traje de lucha de MIjaín López» le confirmó vía electrónica a Hernández, el señor Filippo Coppola, del Departamento de Patrimonio del Museo Olímpico.
«Hasta donde sepamos, estos serán los únicos equipamientos deportivos cubanos que recibirá el Museo de estos Juegos Olímpicos de París»confirmó el experto que es también el registrador de las colecciones olímpicas conformadas por donaciones de deportistas y otros representantes del mundo deportivo y olímpico.
De acuerdo al periodista cubano entre los miles de deportistas, entrenadores, funcionarios, espectadores, periodistas, técnicos y voluntarios presentes en París un equipo de siete personas del Museo Olimpico, fundado por iniciativa del español Juan Antonio Samaranch , presidente del COI entre 1980 y 2001, recorrió todos los escenarios olímpicos y la noche del 6 de agosto miembros de su staff estuvieron en el Campo de Marte Arena donde atestiguarían la leyenda de López, aseguró.
En París este equipo tuvo la tarea de coleccionar diversos objetos proporcionados gratuitamente por los atletas para el Museo, «una faena en la que imagino se enfrentaron también a la competencia de los coleccionistas privados a la caza de artefactos olímpicos incluidas medallas olímpicas» dijo el veterano comentarista de temas olímpicos.
En París por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, los coleccionistas «cuentapropistas» tuvieron su propio espacio comercial oficial.
Coppola suministró un listado de cerca de 50 de todas las donaciones hechas principalmente por deportistas cubanos al Museo Olímpico procedentes de participaciones en los Juegos Olímpicos de Barcelona-92, Atlanta-96, Sydney 00,Beijing 08,Río 2016 y Tokio 2020, además de los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010.
Entre los artículos se encuentran aportaciones de varios campeones olímpicos como Mireya Luis (voleibol), los boxeadores Félix Savón, Julio César la Cruz, Arlén López, Andy Cruz, Jorge Gutiérrez,Roniel Iglesias, el saltador Javier Sotomayor, la discóbola Maritza Martén las selecciones de béisbol y voleibol femenino, los canoístas Sergei Torres y Fernando Dayán y los luchadores Alejandro Puerto, Ismael Borrero y el propio Mijaín López.
Algunos de los famosos donantes rompieron con el sistema deportivo establecido por el gobierno comunista de la Isla y emigraron como los casos de Leydi Laura (oro en pentatlón moderno en Singapur 2010), Borrero, Cruz y Dayán, establecidos en Estados Unidos, y el voleibolista Wilfredo León (Singapur 2010) naturalizado polaco, y que acaba de llevar a su nueva nación a una final olímpica por primera vez luego de Montreal 76.
Las aportaciones al Museo Olímpico podrían haber sido más y desde antes de Barcelona-92 incluso, pero mucho depende de las gestiones de los propios directivos cubanos «y no olvidar que cosas valiosas se extraviaron del Museo que fue inaugurado para los Juegos Panamericanos de 1991 en La Habana», dijo un ex empleado del Inder a Cuballama.
