Rachel Arderi, modelo cubana e influencer en ascenso, está celebrando un hito que muchas sueñan y pocas alcanzan: más de 800 mil seguidores en Instagram. A sus 22 años, con dos hijos a cuestas y una historia tejida entre Cuba y Miami, la joven comparte no solo sus logros, sino también las cicatrices, los cambios y las decisiones personales que han marcado su camino digital.
“No importa qué pase, tú solo sigue hacia adelante… Nadie te observa más que la gente que dice odiarte, por tanto, tú solo dales un buen espectáculo”, reflexionó en una historia de Instagram, recordando que en redes, como en la vida, el que resiste, gana.
Pero más allá de las frases inspiradoras, lo que ha dejado boquiabiertos a sus seguidores es la transformación física que mostró en una serie de fotos comparativas. “Hace tres años me tomé en serio esto y mira, casi, casi un millón”, comentó mientras desenterraba una imagen del 2022, capturada en un hotel de Cayo Guillermo, en la costa norte de Cuba, donde el azul del mar compite con el brillo de su juventud.
“Esto fue antes de tener a mi bebé Mía y sin chichis”, soltó con total naturalidad, haciendo referencia a la cirugía de aumento de senos que se realizó cuando aún vivía en la isla.
Aunque Rachel tuvo la oportunidad de operarse en Cuba, este tipo de cambios responde a una tendencia más amplia entre las influencers cubanas que, al establecerse en Estados Unidos, encuentran nuevas posibilidades estéticas y profesionales, muchas de las cuales no estaban al alcance en su vida anterior.
Rachel, madre de Yan Carlos (6 años) y de la pequeña Mía (de apenas 8 meses), ha construido su comunidad digital con una mezcla de sensualidad, honestidad y constancia. Su vida familiar, su relación con el reguetonero Oniel Bebeshito y su evolución como figura pública forman parte de un relato que conecta especialmente con cubanas jóvenes dentro y fuera de la isla, muchas de las cuales siguen su contenido como una ventana a otras realidades.
Fue precisamente trabajando como modelo que conoció a Bebeshito. La chispa surgió durante la filmación del videoclip “Una pila de partes”, donde quedó claro que había química dentro y fuera del set. Desde entonces, han compartido no solo momentos románticos, sino también proyectos y crecimiento personal.
Rachel mencionó que su primera foto viral fue aquella en Cayo Guillermo, con más de 20 mil likes. Para una joven cubana iniciándose en redes, ese número era un mundo. En un país donde el acceso a internet fue limitado hasta hace poco y aún sigue siendo caro para muchos, alcanzar ese tipo de visibilidad no era simplemente un golpe de suerte: era un síntoma de la llegada de una nueva generación que se promociona, se reinventa y sueña en digital.
