El escultor de la tumba de Fidel Castro en cementerio de Santa Ifigenia, asegura verlo y hablar con él todos los días

Havana
algo de nubes
30.2 ° C
30.2 °
30.2 °
48 %
1kmh
20 %
Sáb
30 °
Dom
30 °
Lun
29 °
Mar
25 °
Mié
23 °

En Cuba, donde la realidad ya se ha graduado con honores de surrealismo, siempre hay espacio para un capítulo más en la serie Esto Solo Pasa Aquí. El protagonista de hoy es el escultor de la tumba de Fidel Castro, en el cementerio de Santa Ifigenia, quien afirma —sin titubeos y aparentemente sin una sola risa de fondo— que ve y conversa con el Comandante todos los días. Sí, todos los días.

Según contó, Fidel se le aparece y ahí está él, convencido, en la cima de la experiencia mística y política más exclusiva de Santiago de Cuba.

No solo habló él. Habló también una señora que evidentemente quedó obnubilada y estancada en el pasado; y una jovencita que habló de que gracias a él, hemos conquistado y logrado tener la Cuba que tenemos hoy. Bueno, habría que decir que en honor a la verdad, no mintió ella. Lo que sí hizo, fue mirar hacia los lados como si temiera que alguien estuviese escuchándola, evitando así que alguien le saque esa carta comunistoide cuando ella decida irse del país.

Reel de Facebook

Las redes, claro, hicieron lo suyo. Entre los comentarios, algunos señalaron que el vapor del picadillo de soya es “alucinógeno” y que la falta de jama “los tiene alucinando a los comunistoides”. Otros, más clínicos, diagnosticaron paranoia esquizoide o efectos secundarios de someterse “a largos períodos de tiempo sin ingerir alimento”. Y no faltó quien propusiera un exorcismo, por si acaso la conversación diaria con el Comandante incluye voces en estéreo.

Hubo también quienes dijeron verlo “en los apagones interminables, en el hambre del pueblo, en los hospitales sin medicinas” y hasta “en los basureros de Cuba”. Es decir, que si de apariciones se trata, Fidel sigue teniendo gira nacional, aunque no precisamente de la forma que imaginan en los spots de la televisión estatal.

En el festival de diagnósticos populares aparecieron más teorías: síndrome de Estocolmo, daño cerebral por comunismo prolongado, y hasta “estar endemoniado” con petición expresa de misericordia divina. Entre los más creativos, alguien sugirió encerrar al escultor dentro de la famosa Piedra de la tumba para que las orientaciones le lleguen más “directas”.

Pero quizá el comentario que mejor resume la situación vino de una usuaria que, con la precisión de un bisturí, apuntó: “Es verdad que tienen una Cuba como él quería: llena de calamidad y miseria”. Y sí, ahí está el detalle: la visión mística del escultor encaja perfectamente con el paisaje real que millones ven todos los días sin necesidad de apariciones: calles destruidas, hambre, hospitales sin recursos y un país que se empeña en vivir como si fuera 1959 en bucle infinito.

¿Quieres reportar algo?

Envía tu información a: [email protected]

Lo más leído

Quizás te interese

Envíos a CUBA desde → $1.79 x LBENVÍA AQUÍ
+